Hola lorena
Perdona que te escriba al privado, pero mi historia es algo complicada y la verdad no me gustaría tenerla que publicar. Con anterioridad estuve en un psicólogo y me fué bastante bien. Logré superar lo que me desgraciaba la vida. Tenía problemas con la familia de mi pareja y eso me hacía dudar de todo. Ahora.. gracias a mi terapia me encuentro bien de eso. A parte de la terapia tomaba medicamentos para la depresión y la ansiedad que aún sigo tomando aunque en menor dosis. De ésto hace cuatro años.
Yo soy la menor de dos hermanas, tengo 30 años, ella 34. Tengo una buena relación con mis padres.. mucha confianza, apoyo, amor y demás, y también de mi marido, pero no de mi hermana. Cuando iba al psicólogo, quiso que fuera mi hermana para hablar con ella y ella se negó a ayudarme. De aquello hasta ahora la relación ha ido empeorando cada vez más hasta el punto de no mantener ningún contacto con ella. Siempre he estado pendiente de mi hermana, la he ayudado en lo que he podido y ella a mí también, pero todo eso antes de casarse. Desde que se casó empezó a distanciar la relación conmigo y con mis padres. Si yo la llamaba a diario para hablar con ella decía que no lo hiciera porque la entretenía... cuando tuvo su primer hijo iba a su casa a diario a verlo hasta que me dijo que mi pareja y yo molestabamos. No he tenido apoyo de ella y aunque la he hecho participe de todas las cosas buenas de mi vida y no le he guardado rencor no consigo mantener una relación con ella. Desde hace un año más o menos la tomó con mi marido porque él estaba más serio con ella. Le molestó que no me tendiera la mano cuando más falta me hacía y habiéndoselo pedido por favor y cada vez que iba a visitarla me montaba un follón. No es agradable escuchar cosas malas de la persona que amas pero mucho menos si no son verdad. Debido a ésto me puso una regla para ir a su casa a ver a sus hijos: podía ir sóla, pero no en compañía de mi marido. Me negué y ahí terminó la relación. A su hijo de cinco años recién cumplidos le tiene prohibido tanto ella como su marido que me hable, y así se lo ha dicho a mis padres el niño. Ellos no guardan buena relación ni con mis padres, ni con los padres de su marido, ni con su cuñada, ni conmigo. Le he llorado, rogado, hablado, le he pedido remedios para arreglar ésto pero su contestación es que necesita tiempo. Tiempo para qué si no le he hecho daño, antes mil veces me lo haría yo que a ella. Siempre he sido respetuosa con lo que han querido para sus hijos y jamás he discutido con ella en presencia de mis sobrinos. Ya me vé por la calle y no me habla. Mi sobrino mayor que tiene uso de razón me mira y gira la carita pues sabe que si me habla le riñen. Me siento bastante mal con todo ésto. No me gusta ver como le hace daño a mis padres que también tienen prohibido ir a su casa, ni ver las cosas que les dice. No puedo encontrarme con ella porque casi que le tapa la cara a los niños para que no los vea, y lo peor de todo es que ahora tengo una reunión social de familia y no quiero ir, no porque huya, sino porque no quiero verla ni ver sus comportamientos que me sacan de quicio. Tampoco quiero ver como se regodonea delante de los demás prohibiéndole a sus hijos acercarse a mí o a mi marido.No sé si el no querer ir es lo correcto o no. En otras bodas ha dicho que no quiere sentarse con nosotros como si tuvieramos la peste. No sé, siento que ella vive feliz y tranquila mientras que yo, habiéndole pedido disculpas mil veces sin haber hecho nada para arreglar nuestra situación, vivo amargada pensando en como pude fracasar de ésta manera con mi propia hermana. Me ha afectado hasta el punto de pensar que cuando tenga hijos solo quiero uno. Me disgustaría muchísimo que creciera pensando que tiene un herman@ para luego darse cuenta que sólo es de sangre como me ha pasado a mí, y tampoco sé como ayudar a mi familia. Ya incluso afecta a mi relación de pareja y por más que lo intento no consigo quitar todo ésto de mi cabeza.
Sé que estarás ocupada, que mis problemas son sólo eso... mios, que hayan problemas mayores para resolver que el mio... que me he enrollado demasiado y que he desperdiciado tu tiempo porque no tengo remedio, pero te agradecería al menos un simple consejo que me haga elevar la vista y dejar de mirar el suelo.
Muchas gracias y espero no haberte molestado.
Un beso.