Quería advertir a los padres que son partidarios de las azotainas. Castigos con cinturón, zapatilla, cuchara de madera, vara, mano...
Sepan que los niños que son azotados en su infancia y adolescencia tienden a desarrollar cierto interés e incluso excitación por los azotes ya en su madurez.
Les pondré como ejemplo que la gran mayoría azotan a sus hijos en el caso de tenerlos, pero no con el fin principal de castigar al niño, sino como placer para ellos.
El 82% de estos indivíduos sienten exagerado interés y morbo por los azotes, y en muchos casos les gustaría volver atrás en el tiempo y volver a estar sobre las rodillas de sus madres mientras éstas les propinaban fuertes azotes en el culo desnudo.
El 65% de los amantes de los azotes, desean los desean como fantasía sexual, y esa devoción por ellos es consecuencia de cierta necesidad sexual desarrollada en la infancia.
Quiero prevenirles. Hay castigos más eficaces y prácticos que unos azotes o correazos, que para lo único que sirven es para que el padre o madre se desahoguen en el momento descargando el enfado sobre el niño/a. Pero eso no es una solución.
Los azotes recibidos en la infancia marcan claramente a las personas. A muy poca gente le gusta reconocerlo, pero piense ¿Usted fue azotado de niño/a? Si la respuesta es sí, analice su comportamiento ahora ante los azotes. ¿Qué emoción le provoca ver ahora una azotaina? Posiblemente cierta excitación interior.
A mi mis padres me azotaban cada vez que hacía algo malo, y a veces no tan malo... Me castigaron con el cinturón, la cuchara de madera, la zapatilla... y con la mano, por supuesto. A esto le añadimos la humillación de que lo hacían bajándome las bragas. Esto fue hasta los 12 años más o menos... Y en esos momentos sentía rabia, vergüenza, orgullo... Pero ahora volvería gustosamente atrás y disfrutaría sintiendo los correazos de mi padre.
Y este comportamiento, que muchos pueden tachar de masoquista (que no lo es, al menos en mi caso) lo tienen muchas muchas personas, de las cuales casi todos tenemos algo en común: Fuimos azotados en nuestra infancia.
Actualmente el interés por los azotes es denominado "spanking", pero casi siempre es con referencias sexuales. Yo en mi caso no tengo ningún interés en que mi pareja me azote, sólo me gusta el tema de los azotes y ya está.
Si no quiere convertir a su hijo en una persona así, no le pegue. Sé que no pasa siempre, pero ocurre en el 82% de los casos. Así que cuidado!