Soy hombre, pero la ropa interior de mujer afecta mi vida.
Hola, actualmente tengo 27 años, me considero alguien heterosexual, desde siempre me han gustado las mujeres; pero hace muchos años tengo un secreto que a nadie he contado.
TODO COMENZÓ: Tenía 12 años y una prima había llegado a casa por una semana para pasar vacaciones (ella tenía 14 años), estuvimos mucho tiempo a solas puesto que la casa durante el día casi siempre mantenía sola. En esos tiempos a solas comenzábamos a jugar a darnos besitos, tocarnos y cosas así (con ella perdí la virginidad). Uno de esos días estábamos jugando a retos y yo perdí, el reto que me puso ella era que me tenía que colocar su ropa interior: sus pantis y su brasier; yo me los coloqué y me puso a caminar modelando; todo eran risas pero internamente yo me sentía algo muy diferente, era como una sensación muy rica la cual me excitaba, no se… era muy raro, sentía sus texturas, sus colores con dibujitos llamativos, su tela toda suave; eran varias las sensaciones tan placenteras que me hacían sentir. Yo disimulé y al final me quité su ropa interior y ya. Pero ahí comenzó todo para mí…
Cuando a mi prima se le acabaron las vacaciones y se fue de la casa, yo estuve pendiente de cuándo todos en mi casa iban a salir por un buen rato; ese día llego rápido y tan pronto todos se fueron me dirigí al closet de mi mamá y comencé a probarme varias prendas de ella (la ventaja era que mi mamá era delgada entonces me quedaba muy bien sus prendas), me probé sus brasieres, sus pantis (mi mamá en esa época no usaba pantis brasileras, casi todas eran de la misma forma), volví a sentir esa rica sensación es algo indescriptible pero me calienta de gran forma.
CORRÍ CON SUERTE: A los pocos meses corrí con suerte pues mi mamá había renovado su ropa interior y había comprado pantis brasileras y cacheteros. Mi fantasía a ese momento era ponerme las pantis brasileras ya que anhelaba sentir su textura en mi cuerpo. Me puse el brasier, las pantis brasileras, también ese día me coloqué una blusita muy pegada al cuerpo, una falda que tenía mi mamá y por últimos unos tacones. Les digo que fue mucho más fuerte la sensación, cada que le sumaba más y más cosas se hacía más fuerte la excitación, la forma en como me calentaba esa ropa era impresionante. ¿Cómo era posible que unas prendas de vestir me hagan sentir tantas cosas?
Una vez decidí colocarme un vestido de baño que mi mamá tenía, era color rojo, recuerdo que me encantaba mucho sentir su textura y la presión que ejercía en mí. Mi mente fue más allá y decidí meterme a la ducha, quería sentir el agua rozándome mientras yo usaba ese traje de baño, fue una experiencia muy excitante, me hacía sentir como una mujer, me hacía recordar tantas horas que vi el canal “The Film Zone” por la televisión a la media noche que transmitían una especie de cortometrajes sexuales, no mostraban ni vaginas ni penes pero si senos, mucha lencería y mucha pasión. ¿Alguna vez lo llegaron a ver? Luego de salir de la ducha y de haberme masturbado obviamente el traje de baño estaba mojado (cuando me lo puse y por el momento de excitación tan grande que tenía no pensé en eso), mi mamá llegaba en unas pocas horas, lo que hice fue usar la secadora de pelo por un largo tiempo hasta que logré que secara bastante para ya poderlo guardar.
CASI ME DESCUBREN: Ya habían pasado algunos meses, recuerdo muy bien que era un sábado y ese día quería vestirme de mujer; solo cogí una tanga, un brasier y unos tacones; normalmente cuando me vestía así, lo hacía ahí mismo en la habitación de mi mamá, pero ese día lleve todo a mi habitación y cerré la puerta con seguro. Me coloque la ropa interior, me acosté sobre la cama y me coloqué encima una cobija para estar a oscuras y jugar con mi mente, comencé a tocarme y a sentir como la forma de estas prendas hacían contacto con mi cuerpo, estaba bastante excitado y de repente escucho que alguien quiere abrir mi habitación, era mi mamá, había llegado antes de lo previsto, yo como pude me quite las cosas, le decía que ya le abría, que esperara, pero ella quería entrar; como pude envolví las cosas en la cobija que tenía por fuera y me alcancé a colocar una pantaloneta y una camiseta cuando ella abrió la puerta con unas llaves que ella tenía de mi habitación, me vio todo rojo y algo sudado, me dijo que qué estaba haciendo, le dije que nada; la siguiente escena jamás se me borrará de mi vida: ella se sentó en mi cama y me indago nuevamente y cogió las cobijas y miró por debajo yo creí que las prendas se iban a ver, yo dije: hasta aquí llegó todo, ahora que le digo, que pensará de mí, que voy a hacer… pero la suerte estuvo de mi lado y no vio nada, pues las prendas las había colocado de tal forma que se alzaron con las cobijas. Ella luego desistió y se fue para su cuarto, yo esperé hasta que ella entrara al baño para volver a colocar las prendas en su lugar.
Desde el día que casi me pillan pasó mucho tiempo hasta volverlo a hacer, pues creía que la vida me había dado otra oportunidad y que estaba haciendo algo mal. A lo largo de los años lo seguí haciendo muy esporádicamente, tuve mis encuentros sexuales con mujeres, llegaron las novias, los desamores, etc. Me interesé por conocer mucho el cuerpo femenino y en qué hacer para que ellas sintieran más placer sexual. Muchas mujeres con las que he estado me dicen que les gusta lo que yo les hago, ya que ellas en experiencias anteriores no sentían esa intensidad de placer.
PRIMERA VEZ QUE INTENTÉ POR DETRÁS: Casi a los veinte años recuerdo que estaba viendo una serie de videos pornográficos específicamente de sexo anal en mujeres; veía como al principio introducían el pene de forma lenta y ya luego de unos segundos lo hacían más rápido, me mataba ver como ellas se dejaban dominar y disfrutaban. Yo nuevamente cogí ropa interior de mi mamá y busque algo con lo que quería intentar meterme por detrás, lo que escogí era un objeto que es un estuche para guardar un cepillo de dientes, era mucho más pequeño que un pene por lo menos en grosor. Intenté con lubricante que expedía mi pene, al principio lo introduje creo que mal y sentí un dolor muy intenso tuve que empezar de nuevo pero tratando de lubricar mucho más, recuerdo que estaba acostado de espaldas a la cama y con las piernas abiertas, esta segunda vez lo pude introducir mucho más y comencé a hacer movimientos de entrar y salir, al principio la sensación era un poco dolorosa y de mucha presión, pero a los pocos segundos comencé a sentir menos dolor y algo de placer. Después de haberlo hecho por unos pocos minutos y con el estuche dentro de mi cola, comencé a masturbarme el pene y sentí el mejor orgasmo de toda mi vida, la sensación no era solo en el pene si no que recorría hasta llegar a mi ano, desde ese momento me comenzó a gustar mucho más.
PRIMERA VEZ COMPRANDO ROPA INTERIOR FEMENINA: Vivo en la ciudad de Pereira, Colombia. Cierto día me dirigí al centro de la ciudad a pagar unas facturas en el banco, pasando por algunas tiendas comencé a observar ropa interior femenina desde la calle y se me entraron las ganas de tener mi propia ropa y a mi gusto. Rondaba las calles buscando alguna tienda que tuviera poca afluencia de personas, tenía bastantes nervios, hasta que me decidí y entré, comencé a observar y a coger algunos pantis con mucho miedo, sentí cómo mi excitación comenzaba a subir (no sé cómo será en sus países pero aquí en Colombia es común que uno entre a un almacén y de una haya un asesor detrás de uno, así uno le diga que solo está mirando; ese día no fue la excepción). Llegó una asesora y me dijo que en que me podía ayudar, yo le dije que gracias, que si necesitaba algo que yo la llamaba, pero ella siguió detrás de mí, mis nervios corrían de punta a lo que le dije que estaba buscando ropa interior para mi novia, dijo que de qué tipo le gustaba a ella, yo le dije que le iba a comprar unas pantis, unas pantis brasileras y unos cacheteros, me mostró varios, escogí unos, cada que pasaba el tiempo me iba entrando más en confianza y se me iba perdiendo el miedo pero aumentando la calentura de tener en frente mío tanta ropa interior que quisiera colocarme. Escogí unos que me gustaron mucho y pasé por el lado de los brasieres y los observé, ella me preguntó ciertas cosas de mi novia para saber la talla del brasier a lo que yo no supe responderle; lo único que le dije era que ella era delgada y que los senos eran como los de… y señalé a alguien que había por ahí, escogimos uno y ella me dijo que si no le servían a mi novia lo podría cambiar.
Pagué y salí de la tienda, lo había logrado, había comprado ropa interior femenina por primera vez. Seguí caminando por el centro y había un almacén del Éxito, entré a comprar alimentos y pasé por el lado de la ropa interior vi unas pantis brasileros blancos con una tela súper suavecita, de una se me subió la calentura y los puse en la carrito de compras. Cuando llegué a la caja había mucha fila, me sentí bastante incómodo, veía que la gente observaba esos pantis en mi carrito y me miraban, me sentía muy observado, pero luego traté de calmarme y pensar en que si en verdad le estuviera comprando ropa interior a mi novia, qué problema hay en eso? Después de varios minutos pude pagarlos traté de ser lo más normal posible me dieron la bolsita con lo que había comprado y salí, nuevamente sentía que lo había logrado, sentía esa leve excitación de saber que tenía ropa a mi gusto y que quería probarme lo más rápido posible.
PRIMERA VEZ CON MEDIAS VELADAS: Una vez con mi novia (actualmente llevo más de cinco años con ella), quisimos tener un encuentro sexual, ella vestida de medias veladas blancas con ligueros que la sostenían desde la cintura, unos pantis blancos y un brasier muy llamativo también del mismo color para que todo se viera muy lindo y sexy. Le di el dinero y ella los compro sola, yo no pude ir. Se llegó el día e hicimos el amor de una manera impresionante pues me excitaba mucho verla vestida de esa forma, (Un dato, me gusta hacerle el amor a mi novia con la mayor lencería posible sin quitársela). Ella dejó la lencería en mi casa por unas cuantas semanas, adivinen… apenas pude estar a solas en mi casa, cogí toda la lencería y me la puse, Wow, cuando me puse las medias era algo fuera de lo normal, era nuevamente esa sensación de cómo me apretaba esa ropa en mi cuerpo, de cómo sentía su textura, me hacía sentir sexy, me miraba al espejo y me gustaba como se veía mi cola con toda esa lencería puesta, y junto con esta historia voy a mi parte final…
TENGO GANAS DE SENTIRME PENETRADO: al tener la lencería puesta sentí muchas ganas de que alguien me tocara por todo el cuerpo, de que alguien me dominara (se me alborotó la imaginación y mis fantasías), quería sentirme que me penetraran en varias posiciones y que al final esa persona se viniera en mi boca. Este tema es complejo, lo he imaginado demasiado las últimas semanas, no me veo haciéndolo con un hombre heterosexual, pues nunca me han gustado y no me sentiría bien besándolo. Pero si me he hecho muchas ilusiones de que una mujer tenga puesto un pene amarrado en su cintura y me esté penetrando, que ella me domine y me deje sentir esa gran fantasía que tengo; pero mi imaginación va mucho más allá, también he pensado en hacerlo con un Trans, pues la apariencia es femenina pero con el plus de que tiene un pene y podría cumplir mi fantasía completa, este tema me calienta mucho, pero también me carcome por dentro. Estuve mirando en internet prostitutas Trans, pero no me convencen, creo que sería una experiencia algo incómoda, pues creo que ellas solo van a querer hacerlo todo rápido, quisiera alguien con mucha paciencia, ambos vestidos de lencería, un cuarto lo más oscuro posible y sobre todo que me dominen.
Alguna vez le hablé con mi novia sobre el punto G del hombre, pero ella solo dijo que eso eran cosas muy raras y también cosas de gays. Jamás volví a hablarle sobre algo de eso, pues ella es de mente muy cerrada y sé que jamás con ella podré hacer algo de lo que me imagino, ni siquiera compartirle lo que hago ciertas veces a solas con la lencería; yo la amo a ella, tenemos una bonita relación pero quiero cumplir mi fantasía.
No sé si estaré haciendo algo malo, no sé si lo llegaré a hacer, que pasaría después? Si lo hago con un Trans, cambiarían las cosas con mi novia (obviamente ella no se daría cuenta)? Esto es un trastorno? Debería ir al psicólogo? Y si es el caso, es mejor ir con un psicólogo hombre o mujer? Es algo que me afecta demasiado pero a la vez me da mucha excitación.
Gracias por leer hasta el final mi historia que a nadie le he contado; me gustaría leer sus comentarios y saber que opiniones tienen al respecto.
Ver también
hacerlo con un trans, no, porque eso es poner cuernos y además, pagar por sexo. Dos cosas lamentables que te harán entrar en una espiral descendente.
Lo que te hace falta es una pareja que le guste usar arnés y esas cosas. La que tienes ahora no te satisface.
Hola, actualmente tengo 27 años, me considero alguien heterosexual, desde siempre me han gustado las mujeres; pero hace muchos años tengo un secreto que a nadie he contado.
TODO COMENZÓ: Tenía 12 años y una prima había llegado a casa por una semana para pasar vacaciones (ella tenía 14 años), estuvimos mucho tiempo a solas puesto que la casa durante el día casi siempre mantenía sola. En esos tiempos a solas comenzábamos a jugar a darnos besitos, tocarnos y cosas así (con ella perdí la virginidad). Uno de esos días estábamos jugando a retos y yo perdí, el reto que me puso ella era que me tenía que colocar su ropa interior: sus pantis y su brasier; yo me los coloqué y me puso a caminar modelando; todo eran risas pero internamente yo me sentía algo muy diferente, era como una sensación muy rica la cual me excitaba, no se… era muy raro, sentía sus texturas, sus colores con dibujitos llamativos, su tela toda suave; eran varias las sensaciones tan placenteras que me hacían sentir. Yo disimulé y al final me quité su ropa interior y ya. Pero ahí comenzó todo para mí…
Cuando a mi prima se le acabaron las vacaciones y se fue de la casa, yo estuve pendiente de cuándo todos en mi casa iban a salir por un buen rato; ese día llego rápido y tan pronto todos se fueron me dirigí al closet de mi mamá y comencé a probarme varias prendas de ella (la ventaja era que mi mamá era delgada entonces me quedaba muy bien sus prendas), me probé sus brasieres, sus pantis (mi mamá en esa época no usaba pantis brasileras, casi todas eran de la misma forma), volví a sentir esa rica sensación es algo indescriptible pero me calienta de gran forma.
CORRÍ CON SUERTE: A los pocos meses corrí con suerte pues mi mamá había renovado su ropa interior y había comprado pantis brasileras y cacheteros. Mi fantasía a ese momento era ponerme las pantis brasileras ya que anhelaba sentir su textura en mi cuerpo. Me puse el brasier, las pantis brasileras, también ese día me coloqué una blusita muy pegada al cuerpo, una falda que tenía mi mamá y por últimos unos tacones. Les digo que fue mucho más fuerte la sensación, cada que le sumaba más y más cosas se hacía más fuerte la excitación, la forma en como me calentaba esa ropa era impresionante. ¿Cómo era posible que unas prendas de vestir me hagan sentir tantas cosas?
Una vez decidí colocarme un vestido de baño que mi mamá tenía, era color rojo, recuerdo que me encantaba mucho sentir su textura y la presión que ejercía en mí. Mi mente fue más allá y decidí meterme a la ducha, quería sentir el agua rozándome mientras yo usaba ese traje de baño, fue una experiencia muy excitante, me hacía sentir como una mujer, me hacía recordar tantas horas que vi el canal “The Film Zone” por la televisión a la media noche que transmitían una especie de cortometrajes sexuales, no mostraban ni vaginas ni penes pero si senos, mucha lencería y mucha pasión. ¿Alguna vez lo llegaron a ver? Luego de salir de la ducha y de haberme masturbado obviamente el traje de baño estaba mojado (cuando me lo puse y por el momento de excitación tan grande que tenía no pensé en eso), mi mamá llegaba en unas pocas horas, lo que hice fue usar la secadora de pelo por un largo tiempo hasta que logré que secara bastante para ya poderlo guardar.
CASI ME DESCUBREN: Ya habían pasado algunos meses, recuerdo muy bien que era un sábado y ese día quería vestirme de mujer; solo cogí una tanga, un brasier y unos tacones; normalmente cuando me vestía así, lo hacía ahí mismo en la habitación de mi mamá, pero ese día lleve todo a mi habitación y cerré la puerta con seguro. Me coloque la ropa interior, me acosté sobre la cama y me coloqué encima una cobija para estar a oscuras y jugar con mi mente, comencé a tocarme y a sentir como la forma de estas prendas hacían contacto con mi cuerpo, estaba bastante excitado y de repente escucho que alguien quiere abrir mi habitación, era mi mamá, había llegado antes de lo previsto, yo como pude me quite las cosas, le decía que ya le abría, que esperara, pero ella quería entrar; como pude envolví las cosas en la cobija que tenía por fuera y me alcancé a colocar una pantaloneta y una camiseta cuando ella abrió la puerta con unas llaves que ella tenía de mi habitación, me vio todo rojo y algo sudado, me dijo que qué estaba haciendo, le dije que nada; la siguiente escena jamás se me borrará de mi vida: ella se sentó en mi cama y me indago nuevamente y cogió las cobijas y miró por debajo yo creí que las prendas se iban a ver, yo dije: hasta aquí llegó todo, ahora que le digo, que pensará de mí, que voy a hacer… pero la suerte estuvo de mi lado y no vio nada, pues las prendas las había colocado de tal forma que se alzaron con las cobijas. Ella luego desistió y se fue para su cuarto, yo esperé hasta que ella entrara al baño para volver a colocar las prendas en su lugar.
Desde el día que casi me pillan pasó mucho tiempo hasta volverlo a hacer, pues creía que la vida me había dado otra oportunidad y que estaba haciendo algo mal. A lo largo de los años lo seguí haciendo muy esporádicamente, tuve mis encuentros sexuales con mujeres, llegaron las novias, los desamores, etc. Me interesé por conocer mucho el cuerpo femenino y en qué hacer para que ellas sintieran más placer sexual. Muchas mujeres con las que he estado me dicen que les gusta lo que yo les hago, ya que ellas en experiencias anteriores no sentían esa intensidad de placer.
PRIMERA VEZ QUE INTENTÉ POR DETRÁS: Casi a los veinte años recuerdo que estaba viendo una serie de videos pornográficos específicamente de sexo anal en mujeres; veía como al principio introducían el pene de forma lenta y ya luego de unos segundos lo hacían más rápido, me mataba ver como ellas se dejaban dominar y disfrutaban. Yo nuevamente cogí ropa interior de mi mamá y busque algo con lo que quería intentar meterme por detrás, lo que escogí era un objeto que es un estuche para guardar un cepillo de dientes, era mucho más pequeño que un pene por lo menos en grosor. Intenté con lubricante que expedía mi pene, al principio lo introduje creo que mal y sentí un dolor muy intenso tuve que empezar de nuevo pero tratando de lubricar mucho más, recuerdo que estaba acostado de espaldas a la cama y con las piernas abiertas, esta segunda vez lo pude introducir mucho más y comencé a hacer movimientos de entrar y salir, al principio la sensación era un poco dolorosa y de mucha presión, pero a los pocos segundos comencé a sentir menos dolor y algo de placer. Después de haberlo hecho por unos pocos minutos y con el estuche dentro de mi cola, comencé a masturbarme el pene y sentí el mejor orgasmo de toda mi vida, la sensación no era solo en el pene si no que recorría hasta llegar a mi ano, desde ese momento me comenzó a gustar mucho más.
PRIMERA VEZ COMPRANDO ROPA INTERIOR FEMENINA: Vivo en la ciudad de Pereira, Colombia. Cierto día me dirigí al centro de la ciudad a pagar unas facturas en el banco, pasando por algunas tiendas comencé a observar ropa interior femenina desde la calle y se me entraron las ganas de tener mi propia ropa y a mi gusto. Rondaba las calles buscando alguna tienda que tuviera poca afluencia de personas, tenía bastantes nervios, hasta que me decidí y entré, comencé a observar y a coger algunos pantis con mucho miedo, sentí cómo mi excitación comenzaba a subir (no sé cómo será en sus países pero aquí en Colombia es común que uno entre a un almacén y de una haya un asesor detrás de uno, así uno le diga que solo está mirando; ese día no fue la excepción). Llegó una asesora y me dijo que en que me podía ayudar, yo le dije que gracias, que si necesitaba algo que yo la llamaba, pero ella siguió detrás de mí, mis nervios corrían de punta a lo que le dije que estaba buscando ropa interior para mi novia, dijo que de qué tipo le gustaba a ella, yo le dije que le iba a comprar unas pantis, unas pantis brasileras y unos cacheteros, me mostró varios, escogí unos, cada que pasaba el tiempo me iba entrando más en confianza y se me iba perdiendo el miedo pero aumentando la calentura de tener en frente mío tanta ropa interior que quisiera colocarme. Escogí unos que me gustaron mucho y pasé por el lado de los brasieres y los observé, ella me preguntó ciertas cosas de mi novia para saber la talla del brasier a lo que yo no supe responderle; lo único que le dije era que ella era delgada y que los senos eran como los de… y señalé a alguien que había por ahí, escogimos uno y ella me dijo que si no le servían a mi novia lo podría cambiar.
Pagué y salí de la tienda, lo había logrado, había comprado ropa interior femenina por primera vez. Seguí caminando por el centro y había un almacén del Éxito, entré a comprar alimentos y pasé por el lado de la ropa interior vi unas pantis brasileros blancos con una tela súper suavecita, de una se me subió la calentura y los puse en la carrito de compras. Cuando llegué a la caja había mucha fila, me sentí bastante incómodo, veía que la gente observaba esos pantis en mi carrito y me miraban, me sentía muy observado, pero luego traté de calmarme y pensar en que si en verdad le estuviera comprando ropa interior a mi novia, qué problema hay en eso? Después de varios minutos pude pagarlos traté de ser lo más normal posible me dieron la bolsita con lo que había comprado y salí, nuevamente sentía que lo había logrado, sentía esa leve excitación de saber que tenía ropa a mi gusto y que quería probarme lo más rápido posible.
PRIMERA VEZ CON MEDIAS VELADAS: Una vez con mi novia (actualmente llevo más de cinco años con ella), quisimos tener un encuentro sexual, ella vestida de medias veladas blancas con ligueros que la sostenían desde la cintura, unos pantis blancos y un brasier muy llamativo también del mismo color para que todo se viera muy lindo y sexy. Le di el dinero y ella los compro sola, yo no pude ir. Se llegó el día e hicimos el amor de una manera impresionante pues me excitaba mucho verla vestida de esa forma, (Un dato, me gusta hacerle el amor a mi novia con la mayor lencería posible sin quitársela). Ella dejó la lencería en mi casa por unas cuantas semanas, adivinen… apenas pude estar a solas en mi casa, cogí toda la lencería y me la puse, Wow, cuando me puse las medias era algo fuera de lo normal, era nuevamente esa sensación de cómo me apretaba esa ropa en mi cuerpo, de cómo sentía su textura, me hacía sentir sexy, me miraba al espejo y me gustaba como se veía mi cola con toda esa lencería puesta, y junto con esta historia voy a mi parte final…
TENGO GANAS DE SENTIRME PENETRADO: al tener la lencería puesta sentí muchas ganas de que alguien me tocara por todo el cuerpo, de que alguien me dominara (se me alborotó la imaginación y mis fantasías), quería sentirme que me penetraran en varias posiciones y que al final esa persona se viniera en mi boca. Este tema es complejo, lo he imaginado demasiado las últimas semanas, no me veo haciéndolo con un hombre heterosexual, pues nunca me han gustado y no me sentiría bien besándolo. Pero si me he hecho muchas ilusiones de que una mujer tenga puesto un pene amarrado en su cintura y me esté penetrando, que ella me domine y me deje sentir esa gran fantasía que tengo; pero mi imaginación va mucho más allá, también he pensado en hacerlo con un Trans, pues la apariencia es femenina pero con el plus de que tiene un pene y podría cumplir mi fantasía completa, este tema me calienta mucho, pero también me carcome por dentro. Estuve mirando en internet prostitutas Trans, pero no me convencen, creo que sería una experiencia algo incómoda, pues creo que ellas solo van a querer hacerlo todo rápido, quisiera alguien con mucha paciencia, ambos vestidos de lencería, un cuarto lo más oscuro posible y sobre todo que me dominen.
Alguna vez le hablé con mi novia sobre el punto G del hombre, pero ella solo dijo que eso eran cosas muy raras y también cosas de gays. Jamás volví a hablarle sobre algo de eso, pues ella es de mente muy cerrada y sé que jamás con ella podré hacer algo de lo que me imagino, ni siquiera compartirle lo que hago ciertas veces a solas con la lencería; yo la amo a ella, tenemos una bonita relación pero quiero cumplir mi fantasía.
No sé si estaré haciendo algo malo, no sé si lo llegaré a hacer, que pasaría después? Si lo hago con un Trans, cambiarían las cosas con mi novia (obviamente ella no se daría cuenta)? Esto es un trastorno? Debería ir al psicólogo? Y si es el caso, es mejor ir con un psicólogo hombre o mujer? Es algo que me afecta demasiado pero a la vez me da mucha excitación.
Gracias por leer hasta el final mi historia que a nadie le he contado; me gustaría leer sus comentarios y saber que opiniones tienen al respecto.
Intenta buscar a alguien que te pueda satisfacer sin hacerte sentir raro. También dicen que las fantasías, mejor queden en fantasía.
Tómatelo como tu momento de desconexión... no t estreses, vive tu sexualidad con orgullo