Hola amigas, sólo escribí una vez un mensaje en este foro, pero me siento más unida a vosotras que a muchos de mis conocidos de toda la vida, que en los momentos duros, desaparecieron y me dieron la espalda
Yo, como todas vosotras, también perdí a mi niño precioso, hace ya un año y ocho meses ¡Dios mío, cómo pasa el tiempo, parece que fue ayer!. Mi niño adorado, que vino después de un embarazo lleno de ilusión, con una enfermedad cruel que lo tuvo sufriendo hasta el último día. Nació ya muy grave, toda su corta vida transcurrió en la UCI, en su incubadora, rodeado de cables, de respiradores, de tubos, y de todo nuestro amor. Fueron 23 días llenos de mucho sufrimiento pero también de una increíble paz. No os tengo que contar lo que se siente, porque vosotras ya lo sabéis, pero los 23 días que pasamos juntos han sido los más intensos de toda mi vida.
Mi hijo se marchó dejando tras sí un legado de amor y de luz, nos ha enseñado tanto que ha cambiado por completo el rumbo y el sentido de nuestras vidas hasta límites inimaginables. El es mi guía, me orienta a cada paso que doy. Ha dado un sentido a mi existencia. Me ha regalado la fe. Y al igual que todas vosotras, yo también me sentí y me sigo sintiendo mutilada. A veces me cuesta respirar, me cuesta continuar, el dolor me atraviesa y a estas alturas ya sé que es una herida que jamás cicatrizará.
Después de la pérdida llegó la esperanza, a los 9 meses de morir mi hijo me quedé embarazada de nuevo, y ahora vuelvo a ser madre. He pasado un embarazo terrible, porque teníamos entre un 25 y un 50% de posibilidades de que este niño pudiera también traer la misma enfermedad. 40 semanas de incertidumbre total, sin saber si mi segundo hijo estaría también o no enfermo. Jugamos a la ruleta rusa, sabiendo que teníamos muchas posibilidades de que ocurriera de nuevo. Pero esta vez no. Hubo complicaciones en el quirófano, estuvimos a punto de morir los dos, nos salvamos por horas, por mi útero que estaba rompiéndose a causa de la cicatriz anterior. Pero mi pequeño milagro vivió y se quedó conmigo.
Chicas, no sé por qué, no sé como lo sé, pero en el día que nació mi hijo Alejandro, supe que mi niño mayor estaba con nosotros, protegiéndonos, lo pude sentir, supe aquel día que nunca nada malo nos va a pasar porque tengo el ser más especial cuidando de nosotros.
Después de la pérdida más cruel, hay un lugar para volver a sonreír de nuevo, un nuevo motivo por el que vivir. Son maternidades distintas, la de Fernando fue al límite, una maternidad desgarradora. La de Alejandro es la maternidad serena, sin sobresaltos. Pero ambas llenas de muchísimo amor. Cada hijo es único, cada hijo es especial, adoro a mi hijo pequeño, pero nadie podrá sustituir jamás a mi hijo Fernando, su luz nos iluminará siempre, su recuerdo siempre estará con nosotros.
Siento una fe enorme, una fe que no tenía y que trajo mi hijo debajo del brazo. Sé que ellos están con nosotras, que no nos han abandonado en ningún momento. Sé que ellos nos protegen, y también sé que son las almas más puras que podamos imaginar, que todos y cada uno de nuestros hijos son especiales, muy especiales, y que algún día comprenderemos aquello para lo que ahora no tenemos respuestas.
Quería enviaros este mensaje de esperanza, que después de la pérdida más cruel y de soportar el dolor más brutal que pueda aguantar un ser humano, como es la pérdida de un hijo, existe la esperanza, que volveréis, al igual que a mi me ha pasado, a encontrar un rumbo en vuestras vidas, que volveréis a sonreír, que podréis volver a mirar hacia delante, pero un hijo jamás sustituye a otro, y nunca, nunca olvidareis a ese ser especial que un día entró en vuestras vidas para marcharse tan pronto y cambiaros ya para siempre, que el dolor será para siempre nuestro compañero de viaje, que la soledad y la pena nos acompañarán mientras vivamos necesito a mi hijo, lo necesito como el aire que respiro, y no lo tengo a veces siento miedo que mi hijo Alejandro pueda leer en mis ojos la tristeza que me acompaña, que vea mis lágrimas, que sienta mi dolor... yo solo quiero que crezca en el amor hacia su hermano, y no en la tristeza de su pérdida, que sienta lo especial que es, que tiene un ángel que lo protegerá mientras viva...
Me gustaría participar más a menudo, porque vosotras sois mis compañeras, entre nosotras nos comprendemos, porque poca gente a nuestro alrededor puede hacerlo y muchos ni siquiera lo intentan. Ojalá hubiera encontrado yo este foro cuando perdí a mi niño.
Ánimo, preciosas, sois todas valientes y muy fuertes, os merecéis lo mejor, porque todas sois MADRES en mayúsculas
Ojalá estuvierais cerca para poder daros el abrazo más fuerte
Mónica