Mi caso es el siguiente. Adoptamos a nuestra hija el mes de diciembre del año pasado, en 2004, y en marzo-abril del 2005, apenas cuatro meses más tarde, mi marido decidió la separación y se fue de casa. Ahora nuestra hija tiene 26 meses.
Veía a la niña una o dos tardes por la semana y pasaba la mitad del fin de semana con él. No pernoctaba con él porque ni siquiera tenia una habitación la niña en el apartamento que alquiló. Sí lo hizo en una o dos ocasiones excepcionalmente.
Ahora, desde el pasado mes de octubre, vivimos en ciudades distintas a unos 200 km de distancia. Hasta ahora la ve los fines de semana alternos comenzando los viernes por la tarde. A mi en alguna ocasión no me ha parecido bien que se la llevase el viernes por la tarde porque había heladas y niebla, hubiese preferido que lo hiciese el sabado por la mañana.
Por otro lado me gustaría que mi hija pudiese hacer alguna actividad extraescolar si llega el caso y le gusta, y éstas suelen ser los sabados por la mañana, al menos las clases de chino a las que siempre hablabamos de apuntarla. Por estos motivos yo quería que en el convenio regulador, el tema del día de comienzo de las visitas fuese flexible. Es decir comenzar en principio los viernes por la tarde , siendo los sabados de mañana si lo aconseja así la climatología o si la niña asiste a actividades extraescolares.
Además a dichas actividades, como los cursos de chino, ni que decir tiene que acuden con sus padres, y por tanto acudiría con su padre en su caso. Pues bien, él se niega y se empeña en que la recogerá SIEMPRE en viernes. que ya la apuntará él a la misma actividad en la ciudad donde vive. Y yo, la verdad no veo porque tiene que vivir una doble vida la niña.
Con respecto a esa forera que en anterior discusión se quita el sombrero ante la madre que comparte por semanas a su hijo, yo no estoy de acuerdo con esa solución. Yo no quiero que mi hija viva siempre con la maleta hecha. Los niños necesitan estabilidad. Qué adulto gustaría de una vida en dos casas distintas, viviendo según las semanas en distinto barrio, en distinta habitación, en fin, una doble vida.
Por qué va a ser bueno para un niño lo que no es para un adulto cuando además ellos no eligen esa situación, ellos necesitan seguridad. Y lo ideal es por supuesto, que estén con papá y mamá pero si eso no es posible os aseguro que no son ellos los que precisamente lo han elegido, así que no les hagamos pagar a ellos los platos rotos.
Mi ex, ante mi formula abierta, me amenaza con pedir la custodia compartida. Y muchos diréis, si señor, un hombre que se preocupa y quiere estar con su hija. Pues bien, os diré que sí, que no lo considero un mal padre y yo quiero que mi hija no lo pierda, algo de lo que me acusa injustamente él. Pero tras cuatro meses de convivencia con su hija, planteó el divorcio de manera inamovible, rechazando todo tipo de solución temporal (no voy a entrar en sus "verdaderos motivos"), y en ningún momento planteó la posibilidad de quedarse él con la niña.
Tampoco se ha preocupado de saber a que guardería va, cuanto cuesta (eso si pasa la pensión acordada desde el primer mes), si tiene amiguitos, que actividades hace, tampoco llama si me la entrega con catarro para saber como está. Solo llama un dia antes anunciando su visita. Y ahora me amenaza con mudarse a la ciudad donde vivo con mi hija, para tenerla una semana de cada tres. La niña lleva viviendo solo conmigo practicamente desde que la adoptamos. Qué pensáis, de veras piensa en el bienestar de su hija o en el de él?
Una madre preocupada