Por favor, no lo hagas
Me topé con tu cuestionamiento casi por casualidad. Leí también el par de comentarios que te hicieron. Y como pediste que te contaran sus experiencias, te lo digo: NO TOMES NINGÚN ANSIOLÍTICO.
Me explicaré: Hace 7 años tuve un supuesto ataque cardiaco. Me enviaron con el psiquiatra sin siquiera decirme por qué, pero el psiquiatra que me asignaron ni tardo ni perezoso me puso a dieta de ansiolíticos "para ayudarme a dormir". Al principio tuve muchas dudas, pero me acabó convenciendo con el argumento de que todas las enfermedades mentales son producto de "desbalances químicos" cerebrales y que los medicamentos son el arma más poderosa con la que se cuenta para "curarlos"; además, si una pastilla puede cambiar mi vida, ¿por qué no?. Y sí, en un principio todo fue maravilloso: me sentía con mucha energía, sin miedos, sin estrés, como si viviera en una nube. Leía la información de los envases, que advertía (y todavía lo tengo grabado en la mente) que "aún a dosis terapéuticas, el producto podía causar dependencia", pero el psiquiatra se burlaba de ellas. Cuando supe que no podría ni dormir, ni funcionar, ni vivir sin ellas, más o menos como a los 6 meses, le dije en broma al psiquiatra que yo era una adicta muy light, porque mis drogas, en vez de ir con un dealer clandestino, me las recetaba el Estado de manera muy legal. No se rió, y me recetó más. Por espacio de 3 años estuve muy contenta tomando Alprazolam, Clonazepam, Bromazepam, Lorazepam y no me acuerdo de cuántas más (y por cierto que el Alprazolam era mi favorita), llegando a tomar hasta 10 mg por noche. Y todo alentado y supervisado por un profesional médico con cédula profesional trabajando para una institución del Estado, con lo que me sentía segura.
Y, sin embargo, y sin que me diera cuenta, empezaron los cambios. Pero de ninguna manera "para bien". Me quedé sin trabajo, y me importó un pepino. Me peleé con mi hija adolescente, la corrí de la casa y ttiene más de un año que no la veo. Me enredé con un tipo que terminó violándome en mi casa , y, por si eso fuera poco, me metí con otro que acabó haciendo lo mismo. Empecé a tener episodios de sonambulismo, los cuales me parecían muy graciosos (y créeme que en esos años todo me parecía muy gracioso o simplemente maravilloso). Y lo más grave, que tuve una serie de microinfartos cerebrales de los cuales ni siquiera tuve conciencia y que me diagnosticaron dos años después.
Ya no te cuento más historias de horror en ese tiempo que fue mi vida porque no quiero seguir recordando. Pero, y muy contrario a mi naturaleza, contraje deudas y acabaron echándome a la calle y robándome cuanto tenía. Y todo bajo el maravilloso influjo de unas drogas que me hacían sentir... no, ¿cómo lo explico mejor? No, más bien me permitían no sentir.
¿Cómo acabó todo? El psiquiatra huyó de la manera más vil y cobarde cuando finalmente mi vida estaba literalmente en ruinas, y se negó a darme más recetas. Ante la alternativa de meterme al mercado negro a conseguir recetas falsas o a ir con otro a rogarle que me mantuviera drogada, decidí (y tal vez fue la decisión más valiente que he hecho, porque además todavía la hice bajo los efectos) que la iba a cortar, y a apechugar con las consecuencias, que fueron horribles. Sin mentirte: el síndrome de abstinencia (el físico) me duró mínimo un año , no por desear seguir tomando la droga (el deseo físico me duró apenas unos días), sino porque me vinieron ataques de pánico de día y de noche, en donde despertaba literalmente bañada en sudor y gritando, y los ataques de ansiedad simplemente eran inenarrables.
¿Qué ha sucedido? que al final, y esto después de tres años de haberlas dejado, apenas voy reconstruyendo mi vida. Hace 5 años que no trabajo (me mantienen a duras penas algunos familiares) y apenas voy superando los tremendos pensamientos suicidas porque no tienes idea de lo que es haberlo perdido absolutamente todo (y con todo quiero decir exactamente eso) y tener que empezar de cero a los 50 años con problemas neurológicos y completamente sola.
Disculpa si este comentario es muy largo, pero no pude evitar contarte mi historia, que es absolutamente verídica y comprobable. Si vas a tomar ansiolíticos, no dejes de preguntar y no permitas que te laven el cerebro con sus argumentos de pacotilla. Lo ansiolíticos son una droga igual a las ilegales, y causan el mismo daño. Por ética ( y buena terapéutica), sólo se recetan para casos de emergencia y sólo por unos días, y de ninguna manera pueden recetarse como tratamiento, ni siquiera a mediano plazo. Y ni siquiera si también estás en terapia. Ya sé que lo que estoy escribiendo es muy controversial, pero es algo tan delicado que ni siquiera está normado, y sí, existen alternativas a ellos. De veras, no permitas que jueguen con tu vida.
Si tienes alguna pregunta, con gusto te la responderé, pero no permitas que te manipulen diciéndote que son "buenos" y que son la mejor alternativa que hay a nuestras neurosis.
Gracias por leer esto hasta el final.
no quizera volverme loca por medicamentos 
ayuda platiquen sus experiencias se los agradecería mucho
