24/03/04
Por donde podría empezar; las ideas, los recuerdos se agolpan en mi mente y me corazón cabalga desbocado por tu recuerdo. Desde que me dejaste, el invierno habita en la primavera de mi corazón, hoy llueve en la ciudad al igual que llueve en mi corazón. Sé que nunca volverás a mí, sé que nunca volverá a respirar el perfume de tu cuerpo, ni me emborracharé con tu mirada, sé que no volveré a rozar las dunas de tu cuerpo, sé que no te volveré a oír decirme te quiero y todo eso me parte el alma, lo poco de mi corazón que queda en pie, y me resisto a pensar que no pueda hacer nada por evitarlo. Intento consolarme en la idea de que buscas tu felicidad al alejarme de ti, y pienso, que si tú eres feliz apartándome de tu vida, entonces he de alegrarme estando lejos de ti porque te amo tanto que solo debería mirar por tu felicidad y, por ella debería alegrarme, pero siento tanto dolor dentro de mi que nada me hace sentir bien. Supongo que es el egoísmo del amor, quiero tu felicidad mas que nada en el mundo, pero también te quiero a mi lado, y hacer de tu felicidad la razón de mi vida. Si al menos hubiera podido luchar por ti, si me hubiera quedado esa opción, hubiera ido por ti donde fuera, hasta el mismo infierno hubiera ido a traerte de nuevo a mi pecho, pero al dejarme fue el infierno el que vino a mí. Y si hubiera de esperarte, te esperaría, al igual que en la canción de Maná de El muelle de San Blas,..... te esperaría incluso mas allá de mi existencia. Cada vez que pienso que te arroparás con la piel de otro hombre y le imagino sobre ti, se me va la vida, .....y pensar que tal día como ayer hace un año te amé. Debería alegrarme por tu felicidad, pero no puedo. Cada vez que oigo hablar de TOLEDO, se me va el pecho detrás, cada vez que pienso,..... pienso en ti. Esa bendita ciudad te vio nacer y por eso debe escribirse en mayúsculas. Miles de veces, me he parado a decirme, ha de haber algo, algo que pueda hacer, decir.....porque sé que igual que una vez te enamoré, podría hacerlo de nuevo, siempre he sido un tío seguro de mí mismo y sé que podría hacerlo, pero sin verte, sin apenas hablarte, no tengo armas con las que luchar. Todo lo que dije, lo que no dije, lo que hice y lo que deje de hacer se amontona en mi mente, no soy tan ingenuo como para pensar que el amor se fue de tu corazón sin mas, algo tuvo que haber, ¿en que fallé?. Me duele porque sé que podría volver a enamorarte. Todos los días lloró con el corazón pero ayer lloré también con los ojos, lloré al recordarte, no pude reprimir las lágrimas, tras ello y hundido en la infelicidad revisé todos y cada uno de tus correos, y sollocé como un niño; si, lo hice .....no me avergüenza reconocerlo, sollocé como un niño gritando tu nombre en mi desesperación. Y, al acostarme, imaginé la realidad paralela de todos los días, aquella en la que imaginó como habría sido el día estando a tu lado, junto a ti. Tú no leerás esta carta, no es más que un mensaje en una botella lanzada a la nada. Sabes que siempre te querré, espero que de eso no te quepa duda, te querré mas allá de la muerte. La vida sería poco para imaginar lo que sería capaz de dar por ti, daría mi vida, mi muerte, mi sangre,..... mi alma ya te la di. Podría escribir un libro con lo que eres para mi pero ¿de que serviría? Te amo y siempre te amaré, y no son solo palabras. Si lo lees con el corazón, sabrás que no hay más que una persona pueda ofrecer, porque eso supone entregarse totalmente.