Mi madre, desde que tengo uso de razón, ha padecido depresiones toda su vida.
Su matrimonio con mi padre no tuvo muy buenos inicios, pues en aquel entonces era alcohólico y de los que gastaban el sueldo, aunque nunca la maltrató físicamente ni nada de esto, pero lo cierto es que cuando yo nací, mi padre se pegó la noche de fiesta y no acudió ni al hospital. Esto fueron los dos primeros años en que nacimos mi hermano mayor y yo. Después de eso mi padre, con la ayuda de mi madre, abandonó ese mundo para convertirse en un hombre que va de casa al trabajo y del trabajo a casa.
Mi hermano y yo tenemos hoy 31 y 30 años y aún hoy, mi madre todavía le recuerda a mi padre lo que hizo en los dos primeros años. Sé que mi padre no es perfecto, no es muy comunicativo con ella, tampoco es demasiado detallista, pero lo cierto es que ha dado muestras de sobrada bondad aguantando toda su vida a una persona depresiva como mi madre.
Tengo otro hermano de 21. Como en todas las familias, ha habido sus más y sus menos. Mi hermano mayor reprodujo la secuencia de mi padre, de tanto como mi madre se lo recordaba cuando solo era un niño, hoy parece estar algo más centrado y tiene dos hijos maravillosos. Mi hermano pequeño vive su vida, pero no le da ningún problema en casa y yo hace seis años que vivo en otra ciudad, pero hablamos a diario al menos 2 veces y la veo cada 3-4 meses. Esos días es rara la vez que la encuentro bien.
Mi madre es una mujer de 52 años que dice no tener ganas de vivir, prácticamente no hace nada en casa y eso ha sido así desde hace años, no tiene afición por pasear ni ninguna otra cosa. Todo lo ve negro, nada le conviene. Si le recomiendas un psicólogo te dice que eso no le va a ayudar. Si le animas a hacer algo te dice que no tiene ganas. En fin llevo toda la vida intentando saber que puedo hacer por ella y la verdad es que me siento impotente. Para mí sería quitarme un peso de encima ver a mi madre féliz, ¿será un milagro?
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