Yo también, pero tú puedes elegir
Yo vivo a 1000 km de mi familia. Para mí eres realmente afortunada por poder verlos todos los fines de semana, yo me tengo que conformar con 3 ó 4 veces al año Y sé que tengo dos opciones:
1) ponerme a pensar en lo peor, en si me estarán contando la verdad cuando me dicen que están bien o me estarán ocultando que están enfermos para no preocuparme (yo sí lo hago), pensar en todo lo que me estoy perdiendo, que los veo tan poco que hasta estoy notando cómo envejecen mis padres... Cómo los echo de menos, cómo me vendría genial que algunas veces alguien me mimase así como me miman ellos, que alguien alguna vez me preparara una taza de te, o me diera un beso... Y si me pongo a pensar eso, como ahora mismo, se me saltan las lágrimas!
2) ponerme a pensar en positivo. Ver cómo me he convertido en una persona dura y madura que puede con todo, que es capaz de pasar noches sola en el hospital porque no hay nadie que pueda estar conmigo, que es capaz de ahorrar con un sueldo justito, que tengo la oportunidad de viajar por todo el mundo con este trabajo, que estoy viendo y viviendo cosas que jamás pensé, que ya nunca riño con mi madre porque nos extrañamos demasiado (cuando vivíamos juntas, reñíamos muchísimo porque mi madre es "difícil", jeje), que hay muchos medios de comunicarse (teléfono, Skype) y se pueden organizar viajes y fines de semana con muchísima ilusión...
Tú eres la que elige. La situación es como es. Si me hubiera quedado en mi ciudad natal, habría tenido que conformarme con un empleo mucho peor, o habría estado en paro como tantas amigas mías. Podría haber buscado como loca trabajo en un radio más cercano (Sevilla, Córdoba, quizás), pero se me dio esta oportunidad así, a la cara, sin buscarla, y era demasiado buena para decirle que no!
Pero tengo en mente un futuro donde todavía viviré algunos años más lejos de mi familia, pero al final regresaré. No quiero más de 5 ó 6 años lejos de los míos. En esos años, intentaré ser todo lo mejor que pueda, vivir todo lo que pueda, juntarme con las mejores personas que me vaya encontrando, y después volveré a mis raíces, porque me están llamando desde lejos.
Es un sacrificio por un futuro mejor. Y todo sacrificio tiene su recompensa, ¿no?
Son tiempos duros. Esto no me habría pasado en otra época de bonanza económica, pero es lo que hay. Hay mucha gente peor que yo.
A disfrutar la vida, que son dos días y uno está lloviendo