Hola a tod@s:
lo que os cuento generará probablemente respuestas a favor y en contra... mi familia y amigos no saben qué decirme, y es que estando como está de mal el trabajo, no es sencillo dar el paso de abandonarlo.
Empecé a trabajar la tercera semana de enero en una empresa pequeña. Habitualmente he trabajado en empresas grandes, pero es un trabajo, y soy una persona sencilla a la que "no se le caen los anillos" por hacer determinadas cosas.
En la entrevista, como secretaria, se me mostró un listado de una cara de folio con todas mis tareas a desarrollar. Algunas no las había realizado nunca, pero es interesante seguir aprendiendo y no estancarse. También se me comentó que en ese momento compartían oficina con otra empresa, y que nos mudaríamos a un piso en el portal de al lado.
En cuanto me incorporé, resultó que tenía que estar al tanto de pintores, electricistas, muebles para la nueva oficina, fontanero, estores, telefonía, informática, limpieza... vamos, todo lo que son unos servicios generales, más mi trabajo administrativo como secretaria: atender a mis jefes, organizarles viajes (no trabajan con agencia porque son una empresa pequeña), actualización de presentación corporativa en español e inglés, agendas, seguimiento de asociaciones a las que pertenecen, incluso entrevistar telefónicamente a candidatos para probar su nivel de idiomas!.
Hay dos secretarias en la otra otra oficina (una por la mañana y otra por la tarde) que en ocasiones me ayudan. Entonces yo quedo agradecida, pero también muy sorprendida. Porque con una de ellas hay hostilidad declarada hacia mi persona (creo que fue porque negocié mi horario), aunque otras veces parece que me ayuda (realmente es una becaria, y pienso que alguien le va dando toques). Y la otra sí que me ayuda, pero igual me ayuda, que de repente se encoge de hombros, y se pone a llamar a una amiga... a esta sobre todo le gusta mucho decirme: "te acuerdas que te dije...?", y me lo dice especialmente cuando están mis jefes u otra gente delante. Es mucho de "te he hecho esto", o "te he hecho lo otro", siempre delante de la gente.
He empezado a cometer muchos errores, y a no recordar las cosas.
Ayer fue el día de la mudanza... estaba allí una hora antes de lo previsto, porque mi jefe dijo que quería que alguien fuera a limpiar esa misma tarde o de noche, porque a las 9 de la mañana tenía que estar todo limpio... y me lo dice a las 13.30 del día anterior. Habitualmente hay una persona que limpia, pero hace un trabajo malísimo, y eso era limpieza de obra, y en fín, sabíamos que haría una chapuza. Pues conseguí encontrar a alguien que limpiara de noche, después de irse los electricistas. Por eso fui antes, para ver cuál había sido el resultado.
Junto con un compañero, me puse a colocar cables de ordenador largos en canaletas, porque el electricista se había equivocado. Terminé perdida. Toda la mañana currando en la oficina. Se estropeó el router, así que ni teléfono ni internet. Y las llamadas que tenía que hacer para terminar gestiones, no las podía hacer. Cada uno que entraba, me decía una cosa: la alarma, busca una empresa para colocar un código en la puerta, reciclaje de papel, reciclaje de tóner, extintores, un armario para meter los cepillos de dientes en el baño... a la hora de comer, y ya agotada, me voy a la otra oficina, y me encuentro a mi jefe en la calle: "mira, está bien que estés aquí, pero también tienes que estar mirando el correo, porque te he enviado cosas que hacer"... bueno, y muchas, muchas más cosas que mejor me ahorro.
Tengo que preparar un desayuno este lunes a las 9 (ahora es sábado noche). Tuve que irme a comprar una Nespresso en el corte inglés el miércoles. Me aseguraron que estaría el jueves en la oficina. No me la llevé en mano porque compré otra cosa más, y pesaba... y además tenía que irme a comprar las cápsulas, y muchas, y no puedo cargar con peso. Por alguna razón el viernes no me habían llevado la cafetera todavía, a pesar de estar en el reparto. La secretaria de mañana, ya tuvo el detalle de decirme delante de todos en la comida, que es que "esas cosas se traen en mano"...
Esta noche no he podido dormir pensando en la puñetera cafetera, con lo delicaditos que son, porque habíamos comprado otro tipo de cafetera y tuvo que devolverse porque no era Nespresso. Como para llevarles un café del bar (además, el bar de abajo no abre hasta pasadas las 9).
Afortunadamente, ya lo tengo resuelto, y la tengo en casa, que me la han traído hasta aquí.
El lunes cuando llegue, tendré que ponerme a fregar tazas y vasos porque están todos recién traídos de Ikea, y así no se los voy a poner...
Total: para eso querían a alguien que hablara cuatro idiomas?.
Sigo buscando trabajo, pero no me llaman de ningún, ningún sitio!.
Tengo 38 años. No tengo un trabajo fijo, debido quizá a que sufro una enfermedad crónica y seria, que me ha mantenido fuera del mundo laboral mucho tiempo. Y perdí mis trabajos en dos ocasiones. Tengo que seguir dependiendo de mis padres, porque no hay banco que te de una hipoteca. (Tenía pareja, pero lo dejamos... también estoy superando ese tema).
Y yo me digo: ¿realmente es necesario estar sufriendo de esta manera?.
Me he dado una tregua, me he dicho que después de la mudanza probablemente todo sea distinto... pero no había contado con que mi sitio en la nueva oficina es un cuarto sin ninguna ventana, con lo cual no tengo ventilación, y estoy el día completo con luz artificial. Ocho horas, o vete a saber... y eso no lo llevo muy bien.
Si dejo yo el trabajo, no podré cobrar el paro. Y ellos no me van a arreglar los papeles, porque les dejaría en la estacada. El viernes intenté a última hora hablar con mi jefe, pero está continuamente reunido.
Decidme, ¿qué haríais?.
Perdón por el pedazo rollo que os he soltado...
Elena.