Bueno, ni siquiera estábamos casados, vivíamos juntos y tenemos una hija de dos años y medio.
Hace cuatro años que le conocí, así que imaginaros si fueron deprisa las cosas. Yo salía de una relación terrible y supongo que me aferré a él, viendo, pero sin querer ver aquellos defectos y malos modos que nos han llevado hasta este día.
No me arrepiento de haberme separado, ha sido una liberación para mí. Pero me siento sola, mi compañía son mi hija y mis padres, de los que siempre quise huir y ahora por culpa de él, vivo junto a ellos.
No salgo... pero ni ganas, termino agotada, trabajo, casa, niña, trabajo, casa, niña y así sucesivamente. Cuando llega el fin de semana, es mi hija y suelo disfrutarlo bastante, tengo dos amigas, pero son de estas personas negativas que siempre andan contándote sus problemas, sin darse cuenta de que yo tengo los míos. Ambas lo pasan mal, en situaciones parecidas, una recien separada, tres meses antes que yo, y otra que quiere separarse pero no decide a dar el paso.
Hay veces que me encuentro bien, si estoy con alguna de ellas, trato de hablarlas o consolarlas, pero despues quedo yo peor y ellas si empiezo a contarles sobre mí, enseguida encuentran una similitud con lo suyo y la conversación vuelve a centrase en ellas.
Mis padres, odian tanto a mi ex que no puedo hablar con ellos tampoco, porque enseguida se exaltan y si supieran lo que siento a veces, tal vez les defraudaría.
Quiero ser fuerte, pero creo que nunca amé y nunca amaré. A veces creo que estoy condenada a la soledad, a no conocer el amor, ese del que tanto hablan.
Siento tantas cosas, tengo tantas ideas en la cabeza, vivencias de estos últimos meses que en ocasiones pienso... voy a explotar. Y nunca exploto. Daría lo que fuera por poder llorar, las lágrimas son un alivio, pero no puedo, no me sale, aunque la angustia y las ganas sigan ahí.
Perdon el rollo si es que llegasteis hasta aquí, encontré esto y me propuse escribir algo que me hiciera sentir mejor.