Hola amigas; espero os guste.
LÁGRIMAS DE MUJER
Un niño le preguntó a su madre:
- Mamá, ¿por qué lloras?
- Porque soy mujer le contestó ella.
- Pero, ¡yo no te entiendo!
Su madre se inclinó hacia él y abrazándolo le dijo:
- Y nunca lo entenderás.
Más tarde el niño le preguntó a su padre:
- ¿Por qué llora mamá, a veces, sin ninguna razón?
- Todas las mujeres lloran siempre sin ninguna razón.
Era todo lo que el padre podía contestar.
El pequeño niño creció y se convirtió en todo un hombre, preguntándose todavía por qué era que las mujeres lloraban. Un día, el niño convertido en hombre se arrodilló y le preguntó a Dios:
- Dios, ¿por qué lloran tan fácilmente las mujeres?
Y Dios le dijo:
- Cuando hice a la mujer tenía que ser algo especial. Hice sus hombros suficientemente fuertes como para cargar el peso del mundo entero, pero a la vez lo suficientemente suaves para confortar a quien lo necesite. Le di una inmensa fuerza interior para que pudiera soportar el dolor de dar a luz y hasta el rechazo que muchas veces proviene de sus propios hijos. Le di una dureza que le permite seguir adelante y cuidar a su familia, a pesar de las enfermedades y la fatiga y sin quejarse aun cuando otros se rinden. Le di la sensibilidad para amar a un niño bajo cualquier circunstancia, aun cuando su niño la haya lastimado mucho. Es misma sensibilidad que hace que cualquier tristeza, llanto o dolor del niño desaparezca y que le hace compartir las ansiedades y miedos de la adolescencia e incluso de la edad madura... Le di fuerza suficiente para que pudiera perdonar las faltas a su esposo, y la moldeé de una de sus costillas para que ella pudiera cuidar de su corazón. Le di sabiduría para saber que un buen esposo nunca lastimaría a su esposa, y a veces le pongo pruebas para medir su fuerza y su determinación para mantenerse a su lado a pesar de todo. Le di lágrimas, de las reales que brotan de ella exclusivamente, cuando su ser necesita expresarse más allá de las palabras. Esa es su única debilidad ... lágrimas que piden perdón por los errores y la dureza del corazón de la humanidad.
Quedó pensativo ante la respuesta de Dios y le dijo, como en el cuento:
- ¡ Te doy gracias, Dios, por haber creado a la mujer ! ¡ Te doy gracias, Dios, por mi madre, mis hermanas, mis hijas, mis amigas, mis primas ... ¡
Y le digo al lector de esta pequeña historia: ¡ Por favor, enséñale esto a alguna mujer que conozcas, y a esos hombres que tienen mujeres en sus vidas, para que aprendan a valorarlas y a conocerlas en la dimensión en que Dios las creó ¡.