Hoy me siento un tanto desanimada porque he sentido cómo una vez más mis amigas de toda la vida me han vuelto a dejar de lado o por lo menos eso es lo que yo siento. He estado varios años viviendo fuera y año tras año al volver fui viviendo situaciones muy decepcionantes. Una de mis amigas, llamémosla Pepita, siempre queda encantada y muestra mucha ilusión y predisposición para quedar aunque luego nunca me llama cuando no estoy. La otra amiga, llamémosla Menganita, nunca tiene tiempo para verme a pesar de no vernos en todo un año. Por teléfono me empieza a contar que tal día o tal otro no puede porque tiene que ir a una manifestación, una exposición, una cena, un concierto, etc. Yo sé que es cierto, porque ella nunca para, pero para una vez que podemos vernos siento que no es capaz de renunciar a nada para verme y que tengo que ser yo la que se ajuste a su agenda. Luego cuando al fin quedamos se queda sólo un rato y se va porque tiene otro compromiso o porque se quiere ir a casa a descansar. Y al igual que Pepita, si yo no llamo ella tampoco me llama.
Hace un año volví a mi tierra. Cada una vivimos en ciudades diferentes pero a apenas una hora de distancia. Hace unos meses mis amigas estaban sin un duro y como yo quería disfrutar de un finde con ellas, les propuse que les pagaría una casa rural en una zona a la que siempre quise ir y que está cerca de la ciudad en la que vivo. Pepita estaba encantada de la vida y a Menganita también le gustó, pero cuando empecé a mostrarle casas rurales por internet a Menganita empezó a poner pegas en plan fino, justo ella que lleva vida de hippy y ha vivido en tugurios. No le quise dar importancia hasta que un día me dijo que este verano se fue de excursión con un amigo común a donde quería ir yo y me suelta que lo de la casa rural habrá que hacerlo en otro sitio y más adelante, que ahora no podía. Me sentó muy mal porque pasaron por mi ciudad y fueron a este sitio que yo quería conocer sin contar conmigo a pesar de que yo les iba a pagar una casa rural.
Hace apenas un mes Pepita me mandó un mensaje pidiéndome por favor que fuera a una ciudad que nos gusta a las tres para salir juntas el finde, ya que hacía tiempo que no nos veíamos. Dije que sí, fui a la ciudad un par de días antes y me quedé en casa de una amiga. Cuando llega el día veo que no me llaman y yo le mando un sms a Pepita diciendo que estoy allí y que cuando estén listas que me den el toque. No me llamaron nunca. Había anulado una cena esa noche en mi ciudad para estar con ellas y tuve que aguantar el enfado de mi novio además del plantón. Tres días después me contesta diciendo que al final se "abortó la operación salida" y qué había hecho. No respondí. Para qué.
Y por último, hoy le escribo a Pepita diciéndole que si nos veremos en navidades y me contesta que sí, que tiene muchas ganas de verme. Entonces me dice con tono de ilusión que ella y Menganita se van cinco días a la otra punta del país a ver a nuestro amigo en común y que le hubiera gustado que yo fuera pero que ya habían comprado los billetes dos semanas atrás y que era tarde, pero que en x fecha por fin estaríamos todos juntos. Esto me sentó como un tiro porque no me tuvieron en cuenta para nada, cuando nosotras tres lo hacíamos todo juntas. Parace que doy y doy y nunca recibo nada a cambios, sólo jarros de agua fría. Estoy cansada, decepcionada y a punto de mandarlas a la mierda.
Necesito que me deis una mirada objetiva y me digais si estoy exagerando, si esto es lo normal, si es que yo soy muy exigente....es que ya no sé qué pensar!! Tampoco tengo claro si quedar con ellas o no en navidades porque lo único que me ronda la cabeza es que si no estoy tampoco me echarán en falta, ¿qué pensáis? ¿Os ha pasado algo así?