Lamento mucho lo que le sucede a tu hijo.
Apoyo completamente el consejo anterior.
Sólo he vivido la situación al revés, cuidar y ayudar a mi padre con cáncer.
Él, con esa sonrisa falsa, sigue manifestando alguna fortaleza. Tiene también todo el derecho a tomar sus decisiones, y tú de apoyarlas... o no. Me explico, si él decide no ver a alguien tiene ese derecho, pero no puede prohibirte recibirlos en tu casa.
Disfruta cada momento, rían siempre que se pueda.
Pocos recuerdos tan valiosos tengo como hacer reír a mi padre, contando chistes de su enfermedad, "puliendo" su cabeza cuando me tocaba limpiarlo.
Has lo que puedas hacer y todo lo demás déjalo en manos de Dios (tómalo como consejo de un ateo).
Espero no parecer duro, no es mi intención. Los padres no estamos aquí para evitarles el sufrimiento a nuestros hijos, sino a enseñarles a afrontarlo y a construir desde ahí. No puedes evitarlo, pero puedes acompañarlo.
Te deseo lo mejor.