En respuesta a ruyi_7096383
Hace más de un año cometí allanamiento de morada, del cual al final me pillo la amiga al no haber ido a trabajar; me deje llevar por los fuertes miedos de rechazo, de no saber que pasaba, si la persona que decía quererme realmente me quería, y me decía la verdad. Y es que me sentí tratado mal, me hablaban con violencia y a medías y me negaban cada plan que les proponía. Actuaban conmigo de formas que no me sentía querido y si bien es cierto mi comportamientos con esa persona y su pareja (lesvianas) fue muy inusial y a veces decia tonterías. Me quejaba, victimizaba en vez de cortar dicha relación; nunca he sido capaz de cortar una relación toxica y en lugar de ello he mendigado amistad, amor, diversión. Los miedos me han pasado factura y no fui capaz de controlar. Quise espiar su ordenador y además le cogi fotos y videos; he sido muy cotilla.
Ellas, ahora no quieren hablar conmigo y yo voy con la necesidad de contarles todo, de confesarme de expresar el dolor que muchas veces sentía y lo que me llevo a descontrolar. Necesito quedarme tranquilo sabiendo que ellas saben las razones, me deshaogaría y podría olvidarlas.
Sin embargo, me dicen que debo recuperarme sin necesidad de hablarles y que si las busco y les pido hablar, no solo no verán de mi arrepentimiento, sino que me pueden denunciar y contarselo a mucha gente que me conoce.
Os escribo, por que necesito reforzarme, tranquilizarme, deshaogarme, recibiendo algun otro consejo.
De esta mala relación, aprendí mucho, ahora me queda dejarme esa idea de pedirles hablar y esas imaginaciones hablando con ellas. Me bloqueo muchas veces, sufro y me cuesta gestionar las emociones y tranquilizarme.
¿Me pueden ayudar?
Pues lo que dicen ellas es tal cual.
Me parece que por X motivos, estás obsesionado, y lo que no entiendes es que tu necesidad de explicar no tiene porque ser escuchada por ellas. Ellas tienen también el derecho de pasar página y alejarse de ti.
Y lo del delito simplemente confirma tu obsesión.
Busca ayuda psicológica si hace falta, pero déjalas en paz, que la gente tiene derecho a vivir tranquila.