Ruptura + pena de muerte

Esta es mi historia y espero que sirva para preveniros a un@s y para consuelo de otr@s y que os deis cuenta de que una ruptura es muy dura, pero puede ser muuuucho peor que lo que a la mayoría os ha ocurrido, porque vosotr@s, aunque sea doloroso, podréis recuperar vuestra vida. Yo por desgracia ya no.

Como la mujer de mi vida, no sólo me ha roto el corazón, sino que ha roto mi vida y mi futuro. ( historia larga y real )

Todo empezó hace pocos años, yo tenía a mi mujer desde hacía 10 años a la que quería de verdad, aunque la pasíon se había apagado hacía cosa de un año, hasta el punto de no tener siquiera relaciones sexuales. Aparte de eso, todo iba relativamente bien, ya que nos queríamos, nos respetábamos y no discutíamos. Teníamos una buena convivencia. Por motivos personales de un compañero de trabajo, empecé a pasar bastante tiempo con él, que cuando no trabajaba se pasaba el día en los bares de su barrio, tomando cañas. Yo pasaba con él una o dos horas acompañandole al salir del trabajo, experiencia nueva para mi porque no soy persona de salir ni de estar de bar en bar, pero mi amigo me necesitaba y no me importaba cambiar un poco la rutina y además a mi mujer le parecía bien. Y allí, en el bar del barrio fué donde conocí a la protagonista de mi futuro, Marta. Era una chica bastante mas joven que yo, tendría unos 24 años o así, no era una top model pero era muy atractiva, muy muy sexy, con un cuerpazo, muy simpatica y según comentaba mi amigo, muy ligera de cascos, lo cual hacía que siempre fuera el centro de la fiesta en cuanto entraba en algún sitio, ya que todo el mundo percibía que era facilona y a ella le gustaba ese juego y seguia el rollo a todo el mundo, siempre con la mejor de sus sonrisas y sus comentarios barriobajeros, a pesar de que muchas veces venía con su hija de unos 4 años, cosa que a mi me parecía fatal, pero no era asunto mio.
Durante el año y pico que fuí por allí, la vi saliendo con varios chicos, y el resto parecía esperar su turno. A mi, aunque me parecía un bombóncito, lo que me hacía es gracia, pero a distancia, sin pretender NADA con una chica como esa. Pero la vida da muchas vueltas. Nos saludábamos, ya que ella tenía amistad con mi amigo. A veces charlábamos un rato de tonterías... y esa amistad iba creciendo poco a poco. Era la típica persona que te alegraba la vida, siempre con esa sonrisa, riéndo por cualquier cosa, sin para de hablar de cosas graciosas. Llegue al punto ir a ese bar aunque no fuera mi amigo, sólo por verla a ella. En cuanto yo entraba, me convertía en su prioridad. Dejaba plantado a quien fuera y se pegaba todo el rato conmigo. Incluso dejó a uno de sus rollos porque él no quería que me dirigiera la palabra. Y a mi me hizo sentir especial, tenía la sensación de que yo para ella era diferente y le gustaba estar conmigo a pesar de que nunca le pague una cerveza ni intentaba nada con ella como todos los demás. Nos fuimos acercando cada vez mas con el tiempo y al final paso lo que tenía que pasar, me enamoré como un loco de aquella chiquilla perdida y ella también de mi ( o eso decía ). Fuí infiel a mi mujer con ella, a pesar de mis remordimientos, y en seguida me descubrieron. Yo no soy nada mentiroso ni había sido nunca infiel, así que mi mujer no tardó en darse cuenta de que algo pasaba y me descubrió por un sms. La escena de dolor cuando me pregunto por ese sms fue muy triste, porque yo se lo confesé todo y ella, en lugar de gritar, enfadarse o decirme que no la tocara o todas esas cosas que se ven en las películas, se puso a llorar y nos abrazamos sollozando durante horas los dos, preguntando porqué nos había pasado eso, si nosotroso nos queríamos tanto. Ella se echaba la culpa, yo me la echaba también. En fin un desastre. Me preguntó si estaba enamorado de esa chica y le dije la verdad, que si. Me dijo que si dejaba de verla, ella me perdonaba, que entendía que yo hubiera sido débil en parte por culpa de nuestro distanciamiento y que podíamos cambiar las cosas, pero yo estaba ya tan enamorado de Marta que le dije que no iba a funcionar. Que no podía dejar de verla. Que si lo hacía, acabaría amargado y distanciándome aún mas. Fué un error pero fué lo que en ese momento sentía. O seguia con las dos ( estaba claro que no podía ser ) o nos tendríamos que separar. Fué muy duro para ambos, supongo que mas para mi mujer, que además de a la separación, tenía que enfrentarse a la soledad, pero nos separamos. Yo al menos, a pesar del profundo dolor, tenía a esta chica que compensaba en cierto modo mi amargura y los remordimientos por lo que había hecho.
Me busque un piso de alquiler mientras puse en venta el que tenía a medias con mi mujer, y en menos de un mes, Marta se vino a vivir conmigo y con su niña. Ella siempre andaba alquilando habitaciones, le echaban por no pagar, porque la niña molestaba... o se iba a vivir un tiempo con uno, o con otro, siempre dando tumbos. Le ofrecí compartir los gastos y venirse conmigo, y ella aceptó encantada.
El tiempo fué pasando entre el dolor y la sensación de culpa por mi separación, que nunca llegué a superar, y los maravillosos momentos que pasé con marta, que se convirtió en la mujer perfecta, llenándome de besos, de cariño, de atención, de cuidados, de llamadas, de mensajes, de detalles ... de todo. Pasó de ser la guarrilla del barrio a convertirse en la chica de los sueños de cualquiera. No me importaba su pasado. Solo me importaba que tenía el privilegio de estar al lado de esa chica maravillosa y que además ella, como decía, me quería, me abama, me deseaba. Yo había cambiado su vida y le había dado estabilidad y ella se sentía feliz así. Dejó de ir a los bares, de beber, estaba ilusionadísima con tener "su casa" con una habitación para la niña. En fin, un cambio radical. Ella nunca llegó a pagar su parte de los gastos, y yo las mantenía a ella y a la niña encantado, a pesar del esfuerzo económico y tener que hacer muchas horas extras para llegar a todo. Marta no tenía demasiado interés en trabajar, aunque decía que estaba buscando, pero a mi no me corría demasiada prisa. Estar a su lado me compensaba. Así pasaron tres años. Convivencia estupenda, amor por todas partes, pasión, ni una sola palabra mas alta que otra... Disfrutaba tanto sólo con estar sentado a su lado, con tener su mano entre las mías. Pasabamos noches enteras sin dormir, solo abrazados, hablando de cualquier cosa. Yo no necesitaba nada mas. Era increible como nos podíamos entender tan bien y querernos tanto dos personas tan diferentes. Lo único malo, quizás es que se volvió muy celosa, registrando continuamente mis cosas, mis bolsillos, mi móvil, mi ordenador, obsesionada con que yo seguía viendo a mi ex mujer, cosa que era verdad, pero sólo como buenos amigos, a pesar del profundo amor que aún nos teníamos y para solucionar los problemas de la separación. También creo que hubo algún tonteo con otro chico, pero nunca pude confirmarlo. A día de hoy no dudo de que los hubo, sinque yo me enterara. Eramos FELICES.
Durante estos 3 años, Marta había tenido algunos pequeños problemas de salud, alguna infección de orina, un pequeño bulto en un costado, un catarro que no se curaba. Yo siempre le acompañaba al médico y siempre se acababa solucionando. Hasta que uno de esos costipados se le empezó a complicar. No curaba, no curaba y al final, en una visita al médico decidieron ingresarla. A diferencia de otras veces, no me dejaban entrar con ella en las consultas mientras le hacían pruebas. Yo estaba extrañado, pero la verdad es que hasta vivir con ella creo que no había estado nunca en un hospital. Me extraño cuando la enviaron a la planta de infecciosos y mi familia y la suya teníamos que entrar a verla con mascarilla, durante los días que le hacían mas y mas pruebas. Uno de esos días me llamo al trabajo llorando, casi no la entendía, que se iba a morir, que estaba muy mala, que la iba a abandonar... no había forma de entenderla así que sali del trabajo asustado y corriendo sin dar explicaciones y me fuí para el hospital. Cuando llegué estaba en la habitación, sola, llorando, descompuesta. Me contó lo que había salido en las pruebas. Tenía SIDA. Como podéis imaginaros, el golpe fué brutal. Yo llorando también, asustado por ella y por mi. Fui a hablar con el médico y me dijo que a mi ya me harían también las pruebas, ya que era su pareja, y que no me preocupara, que no tenía por que estar infectado, que si usábamos condon... bla bla bla. Pero yo, aunque parezca increible estaba mas preocupado por ella, que se había convertido en lo único importante en mi vida. El médico fué sincero conmigo, ella estaba muy mal, fatal, sus defensas estaban a cero, no tenía sistema inmunitario. Cualquier pequeña infección podía matarla en cualquier momento. Había que empezar el tratamiento contra el VIH de inmediato y mientras tanto atiborrarla de antibióticos para evitar infecciones. No podía creerlo, ni siquiera pensaba en mis análisis o mi salud. Sólo me preocupaba perderla a ella, tan vulnerable a todo, su sonrisa, su compañia, mi vida. ¿ Y su hija ??? uffff todo eso me superaba.
Empezo el tratamiento y empezó a recuperarse, le dieron el alta del hospital y le mandaron a casa con tratamiento. Mientras tanto, me estaban haciendo pruebas a mi, para ver si también salía positivo a VIH. En ningún momento dudé de que saldría positivo, ya que ella, desde que vino a vivir conmigo, me propuso dejar de usar preservativo, porque a ella le habían ligado las trompas, y alguna vez que hablamos sobre el tema, ya que yo sabía de su pasado lleno de parejas, me decía que ella se había hecho pruebas de VIH y Hepatitis en un camión de esos que recorren las ciudades haciendo pruebas gratis hacia poco y que ella estaba bien. La verdad es que le creí, estaba enamorado y nunca hubiera dudado de su palabra. No usabamos condón, varias veces practicamos sexo anal aunque a mi no me llama, porque ella decía que quería probar, habíamos tenido relaciones con sangre cuando ella empezaba o terminaba la regla, ella se depilaba a veces con mi cuchilla de afeitar... vamos, que no había duda, y así fué. Di positivo. Cuando me dieron la nocitia, aunque la esperaba me derrumbe. Los médicos intentaban animarme y quitarle importancia. Miles de preguntas para hacer un historial y muchas mas pruebas para ver si tenía o no que empezar yo también un tratamiento para el resto de mi vida. Ella mientras, se recuperaba muy rápido y no hacía mas que pedirme perdón, que era culpa suya, pero que como iba ella a imaginarlo, que ella me amaba y que estaríamos juntos siempre y superaríamos esto. La familia de ella reaccionó muy bien, por mi ni preguntaron y por ella no demasiado. Sus padres y sus hermanas fueron a verla un par de veces y le quitaban importancia al asunto, diciendo que se habían informado bien y que hoy es una enfermedad como otra cualquiera y que no era para tanto. Supongo que era su forma de no preocupar a Marta. De hecho, una semana después de la noticia, los padres se fueron una semana a un crucero por el Mediterraneo. Yo alucinaba, pero la verdad es que era una familia un poco rara, que solucionaba cualquier problema con una botella de JB.
Llegó el momento de mi visita al médico especialista en VIH, ya habían pasado dos meses desde el ingreso de Marta, mientras me hacían diferentes pruebas y volvían a repetirlas. El diagnóstico estaba claro. Yo también tenía que empezar el tratamiento de inmediato. Mis defensas también estaban mal y era mejor tratarme. Yo estaba echo polvo por tener que tomar una medicación tan dura y con tantos efectos secundarios y además para toda la vida, pero seguía mas preocupado por Marta que por mi. Y llorando, en la consulta, segúia preguntándole al doctor cómo era posible que marta, que tenía tan buen aspecto, que tenía una niña pequeña, que se había hecho pruebas hacía poco, estubiera tan mal de salud.
Al final, el medico, aparto todos sus papeles de la mesa, se me quedó mirando con cara de "pero tu es que eres tonto" pero en plan compasivo y me dio la noticia mas horrible que me han dado nunca.

Mira muchacho, soy el médico de marta desde hace mas de 7 años. Le detectaron el VIH en el embarazo de su hija y tomó el tratamiento durante la gestación para que la niña naciera sana, ya que se negó a abortar, por eso nació por cesarea. Marta dejó de tomar el tratamiento y venir a hacerse análisis 3 meses después del parto. Ella sabe perféctamente que tiene VIH y que no debería tener relaciones sexuales sin condón y no le ha importado mucho tu salud. El virus que tienes es mucho mas conflictivo de lo normal debido a que ella abandonó el tratamiento y ahora ha mutado y se han creado resistencias. Tu verás lo que haces, porque son cosas de pareja, pero yo no me preocuparía tanto por ella y me preocuparía mas por mi mismo. Normalmente no podemos dar información sobre otros pacientes, pero en casos como este, en el que la salud de otra persona está en juego, es nuestra obligación informar.

Podéis imaginaros. No podía ni levantarme de la silla. Ni siquiera me salían las lágrimas. Tubieron que avisar a un celador para que me acompañara a un taxi. Salí del hospital como un zombi. Llegué al portal y no me atrevía a subir a casa, donde Marta me esperaba.
Ella lo sabía, no sólo me lo oculto, sino que no hizo nada por protegerme, sus padres lo sabían, sus hermanas lo sabían y nadie me dijo nunca nada, el único idiota de la historia era yo. Al final, después de un par de horas sentado en un parque cerca de casa y de no coger las llamadas y mensajes de Marta que se preguntaba por que tardaba tanto, me armé de valor y subí a casa. Me recibió como siempre, con la mejor de sus sonrisas, con un apasionado beso y un abrazo y diciéndome que donde me había metido, que estaba preocupada.
Cuando le conté lo que me había dicho el médico se quedo descolocada. Ella se pensaba que iban a contármelo en el hospital, y por eso había hecho todo ese numerito de llorar desconsolada, pero pensaba que el peligro de que me lo contaran ya había pasado. No se alteró, no lloró, se quedó tal cual, mirando al suelo. Dijo que ella estaba enamorada de mi, y si me lo hubiera contado, yo no hubiera querido nada con ella. Esa fué su explicación.
Simplemente le dije que se fuera, que recogiera sus cosas y que se marchara donde fuera. Yo volvería mañana y no quería que ni ella, ni la niña ni sus cosas se encontraran allí. Marta me rogó que la perdonara, que juntos superaríamos todo, que ella lo había hecho por amor. Que yo era lo mas importante en su vida, etc. etc. Me marché destrozado y al día siguiente se había marchado. Ella me mandó varios mensajes, llamadas, que la perdonara, bla bla bla. A los 15 días le vi otra vez en el bar, preciosa, radiante, enrollandose con otro tío mientras su hija les miraba.
Hace ya mas de 6 meses de esto. A pesar de sus mensajes y llamadas, que me sigue deseando, que quiere que volvamos, que al menos quedemos para echar un polvo... yo ya no puedo estar a su lado. Y no dejo de pensar en ella cada minuto del día, porque aunque parezca increible, le sigo queriendo, le sigo echando de menos, sigo viéndola como la niña de mi vida, sigo sin poder dormir noches enteras pensando en ella, sigo sin poder comer.
Mis padres están destrozados desde que se lo conté, mi ex también, mis hermanos lo mismo.

Yo no soy como ella, así que nunca mas podré volver a tener pareja, porque yo no podría ocultarle algo así a una chica, ni siquiera aunque no me importara, así que ni en sueños a alguien que me importara lo mas mínimo y está claro que cuaquier chica a la que se lo contara, huiría de mi a la velocidad de la luz, y es comprensible.
Ella me ha condenado a la soledad mas miserable. A ser rechazado por el mundo. A no tener futuro. A tomar una medicación agresiva de por vida. A morir joven.
Ha pasado ya mucho tiempo y cada vez estoy peor. Cada vez la echo mas de menos, a pesar de no querer volver con ella. Cada vez me cuesta mas levantarme de la cama, ir a trabajar, vivir... Creo que dejaré de tomar el tratamiento porque no vale la pena prolongar mi vida.

Gracias Marta.