Hola!
La verdad es que yo no soy quién para establecer un diagnóstico, pero es que mucho de lo que cuentas se parece a mi caso.
No obstante, lo que escribes también me hace pensar. Cuando indicas que a veces puedes ser muy abierta, ¿has pensado qué es lo que otras veces te hace ser más cerrada o introvertida? O cuando sigues la corriente a una persona aunque no sea bueno para ti, ¿te has planteado por qué lo haces? ¿es eso en el fondo lo que te gustaría hacer?
Igualmente, yo creo que los que tenemos este tipo de problemas, a menudo vivimos más dentro del debate de nuestra mente, que abiertos al mundo y su realidad.
En mi caso, todo era pensar: "sentirán que soy inútil", "están dándose cuenta de que estoy nerviosa", "eres una fracasada y los demás lo saben", "tú quieres hacer otras cosas pero no puedes evitar complacer a los demás", "te da miedo a que te rechacen",... Todos esos pensamientos me daba mi mente continuamente, era un torrente imparable de pensamientos y cada cual peor y más dañino que el anterior. Y tuve que aprender a vivir con estos pensamientos, a aceptar que mi mente me daba esos pensamientos y aun así actuar dando un paso al frente. Parar los pensamientos nunca funcionó.
Que alguien quiere llevarme por el mal camino y yo realmente no quiero, aunque mi cabecita me diga "te rechazará si no lo haces", digo "NO", aunque eso me implique ansiedad, temblores y pasar malos ratos. Pero al final, siento el orgullo de dirigir mis pasos hacia lo que me importa, a no estar viviendo una vida al servicio de los demás sino al servicio de lo que es importante para mí. Porque al final, quien tiene que dormir con mi conciencia todas las noches soy yo misma, no los demás.
En fin, esas son mis reflexiones... Y esto no es una cuestión de creerselo, es cuestión de ponerlo en práctica y ver si funciona.
Un abrazo!
Mostrar más