Carta a tu hijo yoye:
Hola Yoye: ¿que tal? es la primera vez que me atrevo a dirigirme a tí, espero no te moleste mi intromisión, pero necesitaba decirte algo...
Tu padre te ama por encima de todo, por encima de todas las cosas, siempre te quiso y siempre te querrá, nunca se olvidará de tí, no te preocupes, estés donde estés.
Yo sé que cuando te escribe o te habla, tú te enteras, tú lo sientes.
Es como si alguna forma, la energía de él viajara a través del cosmos, el universo hasta donde tú estas.
Tu padre va poco a poco, muy poco a poco, no te digo que superando tu muerte; pues eso es imposible, pero sí te digo que poco a poco él comienza a poder, al menos respirar sin que le duela el alma, recordarte y hablar de tí sin que las lágrimas asomen a sus ojos. Poco a poco te recuerda con naturalidad como alguien muy próximo a él, pero que está tan próximo que los recuerdos son alegres.
Tu padre recuerda con mucha frecuencia anecdotas de tu corta vida, y casi, se le dibuja una sonrisa en el rostro, una sonrisa de nostalgia, una sonrisa de amor hacia tí. Nunca lo olvides Yoye.
Tu padre está este fin de semana en uno de esos cursillos o terapías de psicología a los que acude con cierta frecuencia. Allí hace ejercicios de relajación entre otras muchas cosas, esos ejercicios le hacen muy bien, sobre todo porque cuenta que cuando los está haciendo, puede verte, tocarte y sentirte. Se alegra muchísimo, aún sabiendo que todo está en su mente, en su mente está tú Yoye, siempre en su mente. En esos ejercicios es capaz de profundizar tanto en su subconsciente que puede verte y tocarte. ¿no es maravilloso Yoye?.
Cuando regresa de esos cursillos está mucho más tranquilo. Fijate que hacía mucho tiempo que ni siquiera soñaba, ahora si que sueña, su mente está más tranquila.
Ojalá sueñe mucho contigo, que sean sueños muy felices y placenteros, en los que tú y tu padre os cogeis de la mano y os mirais a los ojos.
Me he alegrado mucho de poder decirte todo esto, sólo quería recordarte lo mucho que tu padre te quiere, aunque creo que tú ya lo sabias ¿verdad?
Un abrazo muy muy fuerte para tí, mi niño.