Hola, escribo porque estoy desesperada y necesito consejos que me ayuden a tomar perspectiva porque creo que nunca la he tenido. Tengo 40 años y llevo 3 con mi novio. Nos conocemos hace mucho y casi al instante de hacernos novios nos mudamos juntos. Siempre hubo algunos problemas porque él comenzó a descubrir cosas en mí que le disgustaban mucho, como la relación muy cercana con mi familia directa (mi madre y mi hermana), el hecho de que la apoye económicamente (mi madre tuvo serios problemas económicos que mi hermana y yo afrontamos y seguimos pagando con mucho esfuerzo) y sobre todo le molestaba el hecho de verme/sentirme pasiva frente a las demás personas. Yo siempre he sido callada y tranquila, pero él quería que fuera más extrovertida, que le dijera qué hacer y que en sus palabras, le diera seguridad. El tiene varios problemas de inseguridad y miedo al abandono. Seguimos avanzando y parecía que todo iba bien. Mi familia lo quería muchísimo; se había vuelto el compañero de charla de mi padre y siempre se portó de la mejor forma. Aunque siempre me reclamaba a mí, a solas, algún comentario o actitud que le parecía que debia haber "controlado" de parte de mi hermana sobre todo. Hace tres meses que estoy embarazada y lo sabemos hace mes y medio aprox. Nos tomó por sorpresa pues aunque no nos cuidábamos, el médico nos había dicho que necesitariamos un tratamiento. En el fondo, yo no estaba segura de querer un hijo con él porque sus reclamos constantes me hacían ver que yo no era la persona que él quería y ya me estaba cansando de eso. Pero todo cambió y parecía mejorar: el estaba muy emocionado por su hijito y porque por fin seríamos una familia. Yo comencé a perder el miedo y me ilusioné mucho. Hace una semana lo anunciamos a mi familia y lo que comenzó como una celebración terminó en la peor pesadilla. Por error, nervios y muy poco tino, hice una broma que el interpretó como que yo lo excluia de la crianza y de la vida del niño. Comenzó a reclamarme molesto y yo me puse nerviosa y seguí repitiendo que así era, casi como una autómata. Se enojó mucho, mi hermana intervino y comenzó a gritarle a ella y yo no sabía que hacer. Le dije que no lo haga y eso fue peor. Lo sintió como la prueba de mi traición. Se fue y regresó para hablar con mi hermana y mis padres y decirles que nunca verían a nuestro hijo, y a mí me comenzó a insultar y a amenazar ya en nuestro departamento. Estaba desesperado, descontrolado, me tironeaba y gritaba, rompía cosas. Yo no sabía si salir corriendo o tratar de traquilizarlo. Le dije que me iba y se tranquilizó, pero cada vez que le decía que no había querido hacerle daño ni apartarlo del bebé volvía a ponerse como loco, así que comencé a seguirle la corriente. Esperaba que todo se calmara y después de unos días pudiéramos conversar. Yo solo quería volver a como era antes, cuando se enteró del embarazo, tierno, amigo, compañero (salvo cuando algo en mis padres o hermana lo hacía volverse contra mí y acusarme de pasiva y dominada por ellos). Estuvimos bien dos días y luego todo comenzó de nuevo a raíz de la ayuda económica que le doy a mi familia y que yo considero algo normal. Ahora no es mucho, antes sí lo fue. Se puso de nuevo como loco y me dijo que ellos eran una ladrones que le estaban robando a nuestra familia, a él. Me prohibió seguir ayudándolos y armó una lista de cosas que tenía que hacer, desde pasar a su nombre todo mi dinero hasta citar a mis padres para, en frente de él, decirles que eran unos aprovechadores y que ya no les daría más dinero. No sé por qué tiene tanto odio, tanta rabia contenida contra ellos. No son perfectos y han cometido muchos errores pero son muy buenos y yo los quiero mucho, comprendo sus errores y los he perdonado, y los quiero ayudar y acompañar siempre, igual que a mi hermana, que es bastante pegada a mí y también a veces posesiva, pero que tiene el corazón más noble y sensible que conozco. El la odia porque, creo, sabe que la quiero mucho. Lo raro es que no es celoso con otros hombres. Le dije que si a todo porque de nuevo estaba violento y yo asustada. Al día siguiente saqué una maleta pequeña y lo llamé desde fuera para decirle que no iba a regresar a la casa hasta que él se fuera. Se derrumbó y comenzó a decirme cuánto lo estaba destruyendo eso, que lo estaba separando de su hijo, que le estaba quitando a su familia. Fui a hablar con él y la lista cambió. Pero se mantenía el hablar con mis padres y no verlos nunca más. Quedamos para dentro de dos días ir juntos a hablar con ellos. Sé que actué mal y que si ya había tomado la decisión de irme, por mí y mi bebé, no debía retroceder, pero cuando me comienza a decir todo el daño que le he hecho al decirle que lo alejaría de su hijo y se desmorona frente a mí, no puedo y cedo, y acepto lo que diga. Cada vez la "lista" va siendo más flexible, ahora solo le basta con que llame por teléfono y diga sin insultos ni nada que ya no voy a darles dinero. Pero ahora está más pegado a mí, quiere que le mande mensajes cada hora, que haga que olvide ese día en que comenzó la pelea (quiere olvidar que mi familia existe). Hoy discutimos un poco cuando le dije que era demasiado sensible y que debía darse cuenta de que estaba desconfiando demasiado (al no olvidar lo que dije). Me dijo que sus reacciones fueron justificadas y normales pues él sabe que le quiero robar a su hijo y no lo va a permitir. Que me va a vigilar para defender a su familia. Luego se calmó y ahora está contento, porque su familia, su bebé y yo, estaremos siempre con él. No sé si vuelva a ser violento o incluso se ponga peor. Ha pedido disculpas por eso y parece dispuesto a no hacerlo. Va a ir a un psicólogo y esa e mi única esperanza ahora. Creo que si me voy se va a volver loco y podría hacerse daño, o a mí. Si me quedo siguiendo su juego voy a estar asustada y cuidando cada paso y cada palabra para no desestabilizarlo. Hasta he pensado en perder al bebé para que se acabe su obsesión porque ya no sé que pasará cuando nazca. Terminar con todo de una vez. Sé que debo irme al menos por un tiempo, pero no puedo y no quiero destrozarlo, porque eso es lo que pasaría. No sé si esperar un poco a que su tratamiento tenga efecto y esté más dispuesto a conversar y entender que necesitamos separarnos un tiempo. Yo también necesito ayuda profesional. Y mientras el bebé y sus ilusiones crecen, y no sé si nos estoy condenando a los tres.
