Hola. Soy un chico de 24 años y tengo un problema que me está destrozando. Hasta hace poco, tenía una relación con una chica. Llevábamos casi 9 meses juntos, de los cuales 2 fueron a distancia. La relación entre nosotros era maravillosa.
Nos conocimos en el extranjero y ella tampoco es de mi país. Sin embargo, dadas las buenas comunicaciones que existen hoy día, era posible visitarla por un precio económico y con relativa comodidad.
Yo tengo una carrera y trabajo estable, en ese sentido, ningún problema. Ella, en cambio, está en su último año de carrera y debe, por tanto, terminar la universidad en su país.
Como decía, todo iba muy bien entre nosotros. Ella principalmente (aunque yo también, obviamente) hacíamos planes de futuro. Estaba especialmente interesada en que la relación progresase y que no terminase con nuestra estancia fuera de casa. Para ella no tenía sentido otra opción. Yo era al principio un poco pesimista, pero poco a poco me fui enamorando más y llegué a convencerme totalmente.
Su madre nunca hizo nada negativo contra nuestra relación por aquel entonces. Creo que pensaba, que estando yo con ella, su hija estaría más protegida. Sin embargo, todo cambió cuando terminó su estancia allí y decidió acudir un mes después a verme mi presentación del proyecto fin de carrera. Fue entonces cuando sus padres empezaron a meterla falsas ideas en la cabeza. A decirla que yo la dejaría de lado y que era un error que una chica fuese a visitar a un chico, que no era natural. Con todo, ella vino a verme y todo fue igualmente maravilloso.
Posteriormente regresé también a mi casa y a los padres de mi novia les dio por decir que yo tenía que ir a verla a ella antes que ella a mí. Hasta cierto punto me pareció lógico y por eso en cuanto encontré unas fiestas que nos vinieron bien a los dos, reservé un viaje.
El día siguiente a la reserva del viaje, mi novia cambió su actitud. Primero me anunció que se marchaba de viaje, luego empezó a dejar de hablar conmigo habitualmente cuando antes hablábamos más de una hora cada día y luego intentó darme celos. Aunque tuvimos alguna que otra discusión, en términos generales nuestra relación siguió bien.
De repente un día me dejó de hablar, sin darme ninguna razón. Yo no contesté y a la semana siguiente me escribió que estaba viviendo un infierno y que querría no estar en su casa. No dijo nada, en cambio, de querer volver a hablar conmigo. Con la reserva del viaje en la mano, yo esperaba que la situación se arreglara al volverla a ver.
Estuvimos algo más de un mes sin hablarnos y cuando sólo quedaban cinco días para mi viaje ella me volvió a escribir. Me dijo me quería, que en cinco días debería llegar y que no había estado con nadie. Yo, después de un mes sin querer hablar la contesté fríamente pero la dije que iría a verla. Entonces ella me dijo que no fuera porque no iba a estar en casa. Descargó toda su tensión en mí y dijo que no quería volver a verme. En este tira y afloja yo pedí disculpas y fue entonces cuando me contestó que nuestra relación no tenía futuro, que sus padres nunca aceptarían la situación, que vivía en una cárcel y que su madre siempre estaba ahí. Yo insistí en ir y ella volvió a cargar contra mí. La dije que podría dejar mi trabajo e irme a vivir con ella, o irme a un hostal en vez de a su casa. Pero nada.
Ante esto opté por cortar elegantemente, como amigos, ofreciéndola todo mi apoyo. Todavía la quiero y me encuentro fatal. Me da mucha pena que una chica que era tan feliz esté ahora tan triste. Quisiera ayudarla, pero ella tampoco se deja. Creo que en el fondo es demasiado débil y no se atreve a contrariar a sus padres. Yo sé que su padre pasa muchos días fuera de su casa, ella es hija única y cuando la madre se encuentra sola, los chantajea. Además, en cualquier caso ahora está atada por el último año de estudios que la queda. No sé que hacer y creo que no puedo hacer más de lo que he hecho. Me encuentro fatal.
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