Hola, soy Jimena y tengo 17 años. Esto me pasó hoy y no puedo contárselo a nadie porque me da demasiada vergüenza tan sólo volver a pensarlo.
Mientras jugaba un juego de mesa, un pensamiento horrendo y jamás antes imaginado para mí se cruzó por mi cabeza. Me dejó anonadada, nerviosa, con mucha angustia, con asco. Fue una blasfemia, asquerosa... Me siento sucia de tan sólo contarlo. En mi cabeza, se me cruzó la sexualidad con la imagen de Jesús, siento que no me voy a recomponer de esto. No fue una fantasía, porque para nada fue excitante sino repugnante por la forma de pensar de mi mente. Me siento culpable, mala persona, siento que el infierno existe y yo voy a estar ahí. Me doy asco, sólo quiero llorar...