Siempre me he considerado alguien bastante sincero, al que no le importa hablar de cualquier cosa, incluso de mis miedos o problemas con un desconocido a modo de desahogo, aunque con ello deprima al que lo lee e incluyo llegué a odiarme, por su frustración (no soy bueno siguiendo consejos). Claro esta todo esto a través de Internet y a desconocidos todo sea dicho, -ya sabes, mejor aparentar ser rarito que confesar y confirmarlo- .
Todo ha ido pasando lentamente, los días pasan sin pena ni gloria, el ayer es exactamente igual al día de mañana, nada cambia dentro de mi rutina diaria de ordenador+dormir, dejando escapar oportunidades que para una persona normal simplemente seria su día a día. Casi sin darme cuenta ni de lo que hacia, ni como me afectaría en el futuro, al cabo de los años me doy cuenta de que cada vez estoy más y más encerrado en mi mismo, y con cada año que pasa es mas difícil salir de esta situación.
Una de mis peores épocas fue quizás cuando estudiaba la ESO, como la gran mayoría de mis compañeros los estudios nos parecían una tortura, así que lo dejábamos todo para el último momento. Luego me remordía la conciencia y me comía la cabeza con la idea de que iba a suspender, me quedaría atrás sin mis compañeros, entonces es cuando aparecía la ansiedad y el malestar. Era algo automático solo con pensar en ideas negativas ya podía enfermar, esto me obsesiono mucho, hasta el punto de pensar que si salía con mi amigos y empezaba a tener esos pensamientos me pondría enfermo delante de todos, quizás por eso evitaba salir con ellos poniendo excusas baratas.
En noches de verano en las que no puedo dormir, escucho música hasta que caigo rendido, es entonces donde más le doy vueltas a las cosas en un intento de psicoanalizarme, llegué a la conclusión de que lo del miedo al fracaso no podría ser lo único. Había algo más que tenia enterrado en lo mas profundo de mi subconsciente, tendría 14 o 15 años, no lo recuerdo bien, el caso es que, en la calle, habíamos varios grupos de amigos, y a esas edades se suelen poner motes. Recuerdo que cada vez salía menos por tal de no oírlo. Ahora pienso que no era para tanto, pero ya ves, por ese simple motivo y a esa edad tan difícil, yo decidí "protegerme" poniéndome bajo arresto domiciliario. Luego rechazaba invitaciones de amigos que ni sabían de esto, por miedo a encontrarme con uno de esos y que se supiera el mote y así es como acabas huyendo de las personas.
Lo demás en cuanto a mi infancia ha sido normal, con las típicas inquietudes e ilusiones. Recuerdo cosas tan absurdas vistas desde la situación en la que estoy como, querer vivir cien años, viajar, o tener mucho dinero y una novia a la llevaría a descubrir mundo, los dos solos. Debe ser maravilloso lo que se siente al tener una pareja, alguien que no te juzgue, con quien compartir todo los momentos del día, que esta hay para ayudarte en todo, y a la que poder acariciar, besar, abrazar en definitiva alguien con quien crecer juntos, para construir un futuro. Todo tan idealizado y tan lejos de la realidad. Son solos algunos sueños rotos, ahora que estoy preso de una cárcel que a creado mi mente, a partir de miedos irracionales, sueños que se convierten en pesadillas.
Es posible que me haya acostumbrado a estar solo, y por eso me cueste tanto estar con gente, ni con mi familia me siento cómodo, siento la necesidad de estar solo en todo momento, la gente me irrita sobre todo cuando estoy fuera de casa, a veces siento la necesidad de volver a refugiarme..., pero en otras ocasiones desearía ser como cualquier persona normal y que me llamen amigos para salir de juerga, tener trabajo y todas esas cosas que hacen las personas normales.
¿No tienes amigos? Los años pasan y cada cual, escoge su camino, unos se echan novia y solo quieren salir con ella, o desaparecen, no quieren saber nada de ti, o simplemente te han olvidado, solo eras un compañero de clase al que dirigías algunas palabras de vez en cuando. Y aunque sea triste no creo en la amistad, de hecho no creo en nada. Dicen que la familia es lo único en lo que puedes confiar, pero de eso mejor no hablar.
Ya es difícil que me ilusione por algo, si apruebo o suspenso, todo es fruto de mis actos, no le doy más importancia, ni lo celebro ni me entristezco, todo lo hago sin ganas, eso si consigo hacer algo, porque solo tengo ganas de dormir, es como una especie de hibernación esperando que algo pase, no tengo metas para el futuro, tampoco me quedan sueños que cumplir, todo se transforma en miedos.
A veces pienso que algo falla en mí, que debo cambiar mi personalidad, pero da la casualidad de que mi personalidad es esa. Mostrarme tímido, introvertido al principio y con la confianza del día a día, volverme cada vez mas extrovertido. Pero es algo que pocas veces puedo poner en practica ya que, a quien le va a interesar alguien que de principio, no se muestra tan cual, que es tan pesimitas, sin ilusiones. A nadie le va a preocupar una persona que nunca ha visto en persona, ni mucho menos le va a llamar la atención mi personalidad autodestructiva. Y el único consejo que te dan es que vaya a un psicólogo, yo pienso que si no le hago caso a una persona sincera que de verdad quiere ayudarme a cambio de nada, como le haría caso a un psicólogo. Que si!! Que los hay por vocación.
Internet es mi única salida para "relacionarme" con el mundo, donde puedo expresar lo que siento y donde me da igual lo que piensen de mi. Gracias a Internet he podido conocer a personas realmente interesantes, con las que he podido ser yo mismo, pero a la vez es algo tan artificial. No llega a ser más que un autoengaño, que hace que a veces me ilusione con cosas que no son reales y terminen haciéndome más daño. Es lo malo que tiene.
No se que nombre tiene lo que me pasa o como "etiquetarme", puede ser ¿timidez?, pero hay veces que no soy nada tímido, podría llamarse ¿fobia social?, pero aunque intente evadirme de relacionarme con personas, cuando no tengo más remedio lo hago sin problemas, ¿cobardía? es posible que sea eso, no lo se e incluso vagueza. He leído todos los consejos posibles y no sirven de nada.
