Foro / Psicología

Problemas típicos de un adolescente

Última respuesta: 8 de junio de 2019 a las 6:24
R
rayko_7036271
7/6/19 a las 23:43

Hola! Gracias por pinchar en este hilo.

Aprovecho que estoy en el principio para informar que esto va para largo ya que quiero profundizar en mis experiencias para ponerte en contexto. Aún si crees que no merece la pena tras las primeras lineas, te invito a leer todo hasta el final y si tienes alguna aportación, no te cortes en dejarla en los comentarios.



Me gustaría empezar explicando que no he conseguido encontrar ningun sitio en el que poder desarrollar mis emociones de forma fluida. De hecho no puedo creer que vaya a publicar esto ya que siempre intento ser discreto y resolutivo con mis problemas personales, pero creo que va siendo hora de abrirme a opiniones externas.



Tengo 18 años, estoy a una semana de ‘terminar’ el segundo curso de Bachillerato. Tengo pareja, una hermana 2 años menor, no muchos amigos (aunque bien escogidos) y una madre con trastorno esquizoafectivo y alcoholismo, el cual comparte con mi padre.
Desde que tengo memoria mis padres han estado separados. Mi hermana y yo siempre hemos aguantado en el punto muerto de constantes peleas y disyuntivas entre ambos, aunque a dia de hoy no lo recordamos como algo serio.

Vivimos con nuestra madre hasta los 5 años aproximadamente. Por aquel entonces aun no se habian desarrollado ningunos de los problemas venideros: viviamos felices e inocentes con una madre joven que iba labrando poco a poco un hogar en un país ajeno. Tras una mala decisión suya, acabamos viviendo con nuestro padre en una ciudad lejana y ella pasó a visitarnos solo en vacaciones. No lo entendíamos pero nos adaptamos rápido.

La convivencia con él no era mala, aunque cocinaba pésimamente. Era estricto con nuestra educación pero también integraba en nosotros muchos valores que agradezco haber recibido. Mis notas eran excelentes y vivía ‘feliz’. Sin embargo había algo que me descolocaba y no lograba entenderlo: mi padre bebía. Bebía mucho y en diversas ocasiones nos lo hacía pasar mal a mi hermana y a mi. Lo peor que recuerdo son humillaciones en la calle por habersele ido la mano con el alcohol. Nos gritaba por cualquier cosa que se le pasase por la cabeza pero nunca llego a hacernos daño físico.

Hacia los 7 u 8 años y después de varias, contrataron a una niñera nueva: Michaela. Ella fue una madre para nosotros. Todos los malos ratos que podíamos pasar en casa se contrastaban con la felicidad y el confort que sentíamos a su lado. Quiza la recuerdo mejor de lo que era, pero para nosostros fue un refugio. Con el paso del tiempo, empezó a sentirse cansada. Nos dabamos cuenta de que le costaba seguir el ritmo y de vez en cuando lloraba a escondidas pero no entendíamos por qué. Al cabo de un tiempo se le cayó el pelo y empezó a llevar peluca, pero nos decia que era porque tenía calor y así circulaba mejor el aire (me hace gracia pensar en lo inocente que era). Murió de cancer en el verano de mis 11 años. Ni si quiera lloré porque no entendía que estaba pasando. Conocía el concepto de muerte pero no su significado. Hoy no puedo parar de llorar al recordarla.

Ese mismo año mi padre perdió el trabajo y pasamos a vivir con nuestra madre y su novio (él no vivía en casa pero venía muy de vez en cuando). Todo era felicidad y emoción porque ella era, con diferencia, mucho menos estricta que nuestro padre. Éramos más libres de ser niños y en casa había un ambiente de amor y salud muy agradables. Sufrió un ingreso hospitalario por problemas cardíacos pero consiguió salir del quirófano sana y salva. A partir de entonces todo se volvió más frágil, no por el ingreso sino por la vida en general. Nos deshauciaron una vez y empezó a hacer un consumo irresponsable y desmesurado del alcohol y el tabaco. En mi decimotercer cumpleaños se emborrachó y nos echó de casa, aunque volvimos al dia siguiente. Despues de una mudanza y varios meses aguantando una pésima convivencia tuvo que ingresar de nuevo por un brote psicótico. Mi hermana y yo no llegamos a conocer el diagnóstico.

Desde entonces nada mejoró. Pasó un año estable pero comenzó a tener una actitud muy extraña y un comportamiento poco entendible. Las cervezas iban una tras otra y las peleas con su pareja empezaron a ser rutinarias. Él nunca se preocupó por ayudarla. Sencillamente peleaban y se iba a su casa para volver pocos dias después y repetir. Poco a poco fui degradándome hasta que decidí que no quería vivir en ese ambiente y empezé a enfrentarme a ella, a pedirle que dejase de beber, a que nos premitiese descansar por la noche, a que tomase su medicación... pero ella respondía con agresividad y gritos que yo en su momento no supe manejar sino con miedo y llanto. Cuando cumplí 16 años la policía habia visitado nuestra casa por lo menos 8 veces con llamadas de mi madre alegando que la había agredido cuando había sido al revés. Me tiraba cosas, me duchaba espontáneamente en cerveza o vino, me pegaba a mano abierta donde le pillase más accesible y llegó a amenazarme con cuchillos. Descubrí que su enfermedad se trataba de un trastorno del estado del ánimo con síntomas dados en la esquizofrenia. 

A finales de la secundaria había cosechado asco al estilo de vida que tenía. Queria irme de casa, desaparecer. Lo único positivo que obtuve fué una mejora en la relación con mi hermana y mi padre, que se convirtió en un apoyo a través del movil en los momentos más críticos.

Empezé bachillerato con buenas vibraciones y tuve la suerte de conocer a mi actual pareja, pero a mitad de año la situción se volvió insostenible. Las peleas en casa se sucedían día tras día y la pareja de mi madre se limitaba a jugar al FIFA, beber y discutir. Mi hermana y yo acabamos recurriendo a servicios sociales y yo dejé el ultimo trimestre de primero por estrés.
El verano fue... amargo y yo me sentía deprimido porque sentía que no tenía ninguna estabilidad. Mi padre seguía con problemas de alcohol y sin trabajo y mi madre no mejoraba. Comezé segundo muy desmotivado y sin ganas. No seguía bien el ritmo de las clases y me sentía inútil. Los constantes delirios de mi madre me empujaron a solicitar un ingreso involuntario que me cargó de culpa. Estuve de baja por depresión y aunque me reincorporé hace unos meses no he podido salvar el curso. El último ingreso fue una broma. Duró dos semanas (normalmente dura al menos un mes porque hay que hacer ajustes en la química cerebral) y tenía permiso para salir todos los dias.
No ha mejorado nada. Nos encontramos en constante bajada emocional porque el dia a dia es un coctel de peleas y descontrol.

Hace un par de meses cumplí 18 años y me siento abrumado y sobrecargado por todo lo que transcurre por mi cabeza en estos momentos.

Tengo miedo por mi futuro. Siempre me esforzado para llegar a donde quiero y no tengo ningun soporte estable para continuar con mis estudios tranquilamente.

Odio a la pareja de mi madre por su incompetencia y su desinterés. Lo detesto por culparme de empeorar y acentuar la situación en casa. Odio a mi madre por su falta de amor propio y a la vez me odio por odiarla, porque no es culpa suya y odio a mi padre por no esforzarse en mejorar no solo por nosotros sino por él mismo.

Estoy cansado de vivir en un ambiente tóxico y me gustaría independizarme. Nunca llegamos a recibir ninguna clase de ayuda de los servicios sociales a pesar de las infinitas veces que pedimos ayuda. Me siento desamparado y sin fuerzas para afrontar los años que vienen y no sé qué hacer. 

Me gustaría irme lejos con mi hermana, poder seguir con mis estudios y construir una vida feliz alejado de todo el dolor que nos han causado. 

Pido mucho, ¿eh?

Ver también

S
song_18254846
8/6/19 a las :32

Nada te lo impide, eres mayor de edad: busca un trabajo, establécete y cuando tu hermana lo sea también, que se vaya a vivir contigo  y también trabaje.

M
mounim_13665211
8/6/19 a las 6:24

Pienso igual, ambos traten de conseguir trabajo y váyanse de ahí.

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