Parece
que al final he tenido yo razón, a pesar de que según tú, no tengo ni idea de lo que es el mobbing laboral, y de que tú eres abogada, y sabes de lo que hablas, y bla, bla, bla.
Precisamente porque eres abogada, sólo pensabas en derechos laborales, demandas, y justicia social para el mundo, pero estaba claro que en este caso había dos opciones:
- Era capaz de aguantar la presión y recopilaba pruebas del mobbing para poder utilizarlas cuando le interesase.
- No era capaz de soportarlo (lo más común), y llegaba a un acuerdo con la empresa, que es lo que ha pasado.
A veces la realidad pone a cada uno en su sitio.
Las buenas intenciones son para los amigos; los consejos válidos son los que se pueden aplicar.
Saludos.