Hola
Te regalo una experiencia:
Cuando conocí el Movimiento Buena Voluntad 24 Horas de Neuróticos Anónimos tenía cuatro años de estar encerrada en mi casa. Me sentía deprimida, triste, sin fuerza y con muchos deseos de dormir. No sentía ganas de comer ni de bañarme; pensaba que mi vida no tenía sentido y que no valía la pena seguir viviendo porque mi futuro me parecía gris, lleno de sufrimiento. Me sentía vieja a pesar de que no lo era. Constantemente pensaba en morirme.
El día que comencé a planear el suicidio me enteré por casualidad de la existencia del Movimiento Buena Voluntad 24 Horas de Neuróticos Anónimos. La verdad, acudí pensando que no me iba a funcionar y como último recurso, pues ya había intentado otras alternativas y no pude funcionar en ellas. Cuando empecé a escuchar personas que se sentían igual que yo, me puse feliz: ya no era la única.
Dentro del grupo empecé a recordar que desde niña me sentía infeliz, frustrada, triste, sola, con una sensación de debilidad, sin deseos de luchar, de crecer; no me gustaba los padres que tenía ni mis hermanos, tampoco mi color de piel y de ojos, ni la casa en que vivía. Pensaba que Dios no me quería y que yo no le importaba.
A través de las experiencias de los compañeros, y de empezar a hablar de las cosas que me hacían sufrir, poco a poco me fui sintiendo mejor. Comencé a sonreír, a interesarme por los problemas de otros, a conocerme y aceptarme como soy y con lo que tengo. El Programa de Recuperación me ha ido ayudando a controlar mis depresiones y por hoy me siento feliz, con deseos de vivir y de hacer cosas.