quizá no sea el sitio, ni el momento...pero a veces, cuando todo te oprime, especialmente la sonrisa de cortesía que has instalado en tu cara como carta de presentación, necesitas sacar fuera las lágrimas que te inudan por dentro.
Hace dos años que se fue una de las personas más importantes de mi vida. Por estas fechas fueron meses de duro sufrimiento y aunque ya han pasado dos años, todavía me recorre el cuerpo un escalofrío cuando recuerdo lo pasado y me viene las lágrimas a os ojos cuando por mi mente pasan con toda claridad las imágenes de tanto dolor que no pudimos evitarle.
Cuano todo pasó me refugié en el trabajo y realmente , centralizando mi vida en ello, conseguí salir adelante...pero ahora, no sé porqué la añoranza se hace más fuerte y la ausencia más dura.
Soy conciente de que no lloré aquel duelo como dicen que hay uq ellorarlo y tengo miedo de que tanto tiempo después esto tenga que explotar por algún lado.
No he hablado aiertamente de mis sentimientos con nadie. Para el resto de mi familia soy un punto de apoyo y con mis amistades no sé sacar estas cosas.
Necesito hablarle. Necesito decirle a él y a los cuatro vientos lo orgullosa que estoy de él. De todo lo que m enseñó, de ser como soy graias a él, de sentir como él me nseñó, de reir como el me enseñó...de parecerme a él.
Necesito contarle todo lo que he conseguido desde que se fue, de lo que él seguro que staría orgulloso y que supondría una inmensa felicidad que no puede darle en vida , aunque espero haberle dado otras.
Necesito tantas y tantas cosas de él, y seguiré necesitando tantas otras...que aun cuando más independiente me siento del resto del mundo, más sient que lo necesito.
Necesito darle las gracias por tantas cosas..Tuve la suert de poder dárselas en vida, pero lo que no sabía en tonce es que hasta yéndose me iba a seguir ayudando.
Y es que con su partida, me dejño sin yo saberlo una fortaleza que nunca hubiera dicho que tenñia. Un ejemplo que recuerdo en cada cosa que hago, en cada piedra que se cruza en mi camino , en cada insignificancia por la que antes hubiera hecho un mundo. Me enseñó un añúltima cosa: una nueva forma de ver el mundo, de ver la vida.
Qué grande fue para poder haberme dado tantas cosas incluso con su marcha.
Imposible reducir todo lo que mi corazón necesitaría decir en unas líneas.
Una noche mas, he agotad hasta las hoas de insmnio recordándote.
Ahí donde estés...sigue enseñándome...con tus recuerdos.
Aquí dejo un poco de dolor, que tal vez sea menos amoargo si se comparte o si se endulza con el suave azúcar de los recuerdos.
Gracias.