Estoy de los nervios. Resulta que antes de casarme la mujer de mi cuñado me dijo que iba a tener todos los días a nuestra suegra metida en casa. Pues ahora resulta que la que viene todos los días es ella porque tiene una niña de 15 meses y como ella no es capaz de aguantar sola a su hija pues la trae a su casa para que juegue con su tío (mi marido). El caso es que viene muy tarde y le dan las tantas en mi casa. A lo mejor viene a las 8 de la tarde y se va a las 11 de la noche. Y claro, yo quiero cenar, ver la tele tranquila con mi marido o incluso hay veces que hemos planeado tener relaciones íntimas y cuando mi cuñada se va ya se me ha hecho tarde porque tengo que levantarme temprano para trabajar y ya no hacemos nada de nada. Lo gracioso es que mi concuñada y yo siempre nos lo hemos contado todo porque nos conocemos desde que teníamos 5 años, y me decía que como nuestra suegra va a su casa por la noche, que no la deja tener intimidad con su marido y que le da coraje que mi suegra le ha dicho a ella que a mi casa le da apuro ir porque estamos recién casados y necesitamos intimidad. Y mi cuñada dice que ella también necesita intimidad aunque no esté recién casada. Entonces, ¿por qué hace conmigo lo mismo que hacía nuestra suegra con ella? Y el tema es que ahora si mi suegra va a casa de mi cuñada y no está allí, entonces va a la mía y allí se me junta toda la familia (suegra, cuñado, mujer e hija). Y yo allí como una tonta en pijama y bata y esperando que se vayan para poder hacer mi vida. Y para colmo mi concuñada cotilleando toda mi casa y diciéndome los defectos que encuentra (tienes una raja en la encimera, tienes una puerta de la cocina descolgada, tienes una mancha en la pared) Dios, qué asco de tía, pues si yo le dijera lo que no me gusta de su casa me faltarían horas porque está siempre desordenada y se va a la calle sin recoger la mesa después de comer y sin hacer la cama, que hasta mi suegra me dice que le da verqüenza entrar allí porque se tiene que poner a recogerle la casa y no puede ni sentarse en el sofá de todas las cosas que hay encima. El caso es que cuando le digo todo esto a mi marido él me dice que soy una exagerada y que soy una huraña porque no me gustan las visitas, que tengo que tomármelo con filosofía. Entonces ya se me quitan las ganas de tener relaciones con él y me da igual no tenerlas, le miro con resentimiento. ¿Creeis que me estoy desenamorando? ¿O él lleva razón y yo soy una exagerada?