Hola, catie.
Con respecto a la educación de tu hijo, me parece fantástico. Mi nena, con veinte meses, ya ayuda a recoger sus juguetes en casa y en la guarde, y ha sido todo trabajo de motivación y comprensión, sin actitudes estrictas. Sabe cuándo ha de irse a dormir, cuándo hay que dejar de ver pelis... Me parece estupendo; la disciplina y el autocontrol son mejores ayudas para el futuro de los niños que la libertad absoluta para decidir qué hacer, cómo y cuándo hacerlo. Ojalá mi hija, con siete años, me ayude, adaptando esta ayuda a su edad, en casa. Además, muchos psicólogos y pedagogos opinan que, si se les felicita cada vez que ayudan, se reforzará su autoestima, o sea que negativo no debe de ser. Por tu novio... pues te diré que yo estuve en su situación con el padre de mi hija y sus dos primeros hijos, y yo siempre he opinado que, si una persona ha de convivir bajo el mismo techo con dos niños, todos deben adaptarse; no sólo deberá hacerlo tu novio, también el niño deberá adaptarse a él, y esto incluye que, en determinadas circunstancias, él intervenga en su educación, siempre y cuando él sepa argumentarte de un modo eficaz y convincente el por qué cree que sería mejor su criterio. Cuando una pareja tiene un hijo en común, lo habitual es que ambos dialoguen acerca de la educación del niño, pues no siempre estarán de acuerdo. Biológicamente es tu hijo, pero si tu novio va a vivir con vosotros, lo normal es que también se le escuche a él. De hecho, si tuvieseis un hijo en común, lo mejor sería que siguieseis los mismos criterios educativos que con su hermano. Un saludo.
