Y heme aquí. Ha pasado un mes y medio diría yo (aunque lo he sentido una eternidad), y aún pienso en él, no tanto como antes, pero sigue ocupando mis pensamientos a cada momento. No deja concentrarme a pesar de que ya no está conmigo, es increíble cuanto lo amé, y es más, no sé si lo sigo amando, no lo sé, no sé cómo llamarle a este sentimiento que siento a diario, es algo que oprime mi pecho, como si me faltara algo, tal vez él, no lo sé. Tal vez quisiera escuchar un "te extraño" o un "aún te amo", pero sé que no será así, por que le pedí que no lo hiciera a pesar de que muy en el fondo de mi ser deseaba que siguiera haciéndolo.
Me duele más la situación, porque él no era cualquier persona, era mi persona favorita, era el hombre al que amaba, por el que diariamente daba todo, por el que me desvivía, en el que sólo pensaba (como lo sigo haciendo) con el que quería compartir mi vida, a pesar de todo, a pesar de las críticas, a pesar de los problemas insignificantes, a pesar de que los demás estaban en desacuerdo con lo nuestro, pero eso no importaba, porque sólo éramos él y yo, nadie más, al menos yo así lo veía; así lo sentía.
Quiero saber de él a pesar de todo, mentiría si dijera que no quiero verlo, busco la forma de toparme con él, de verlo al menos por un momento, de reojo, de observar su rostro, aquel rostro que podía sentir con el roce de mi mano, aquel rostro que se unía con el mío para perdernos en nuestras propias miradas. Sí, lo extraño, no lo niego, o tal vez extrañe los momentos a su lado, no lo sé.
Es increíble que por un solo tropiezo de él, todo, todo esto que habíamos construido, se derrumbara; yo también me derrumbé. Quiero odiarlo, quiero aborrecerlo, pero no puedo, no puedo porque lo que sentí por él, sé que jamás lo volveré a sentir, por el simple hecho de haber sido el primer hombre al que amé, a quien le di todo, incluso lo que no me correspondía. Con él me di cuenta que en verdad existe el amor puro y sincero, que de verdad sé amar como lo mencionan los libros, de una manera tan profunda y honesta, de una manera tan inexplicable.
A pesar del daño, a pesar de todas las lágrimas que he derramado por él, a pesar de todo, sólo quiero que sea feliz, que encuentre la felicidad que no encontró conmigo, que se enamoré profundamente de alguien y que no cometa los mismos errores que cometió estando a mi lado.
Quisiera estar con él, hacer como si nada hubiera pasado, revivir aquellos momentos que en un principio nos unieron, pero eso es imposible. Lo nuestro ya no será jamás, por el simple hecho de que sé que tal vez nunca mereció todo este amor que sólo era para él, que no supo apreciar todos mis detalles por más mínimos que fueran. Tal vez nunca se percató de que lo amaba como a nadie, de que no existía nadie en mi mundo más que él. Más bien, el era mi mundo, pero todo se derrumbó cuando me di cuenta que alguien más ocupaba el suyo.