Hola a tod@s,
ante todo gracias por vuestras letras ya que me ayudan a no verme sola en este desierto de tristeza.
El pasado 30 de junio falleció mi abuela aunque para mi era mucho más que eso. A mi madre la recuerdo siempre trabajando y sacrificándose por mi y a ella curándome las heridas, llevandome al Retiro, haciendome la comida, peinandome, cuidandome.... Soy hija de madre soltera y, hoy en día, eso no dice nada pero ella tuvo que sacarme adelante en los 70 y gracias a mi abuela, lo pudo hacer tan bien. Como os digo, mi abuela ha sido como mi madre y hoy lloro su muerte y su ausencia e intento continuar con esta rutina sin ella que se me antoja imposible. Ha muerto con tan sólo 74 años pero con mucho dolor a su espalda. Le dieron 7 infartos y sobrevivió, le implantaron un marcapasos el pasado mes de abri y sobrevivió, estaba en sesión de diálisis desde hacía un año y estaba sobreviviendo y los chicos de las ambulancias le hicieron unas heridas en las piernas (era diábetica y sus heridas no curaban bien) que hasta se le veía el hueso en una y en la otra el tendón de aquiles... hace quince días una neumonía se mudó a sus pulmones y ha podido con ella. Mejoró hasta el punto de que la iban a dar el alta pero de pronto tenía fiebre y poco a poco más fiebre y ya le fue costando respirar y 24 horas después decidíamos el tanatorio, el ataúd.... Su último suspiro lo dio en mis brazos mientras le decía que todo estaba bien, que se fuera tranquila, que ya era hora de que pensara en ella, que ya era hora de que rindiera... y se fue.
Desde la cordura sé que es lo mejor que la podía pasar porque, debido a la fiebre, no se enteró de nada. Llegó a 39,5 y los médicos decían que estaba inconsciente y bastante sedada. Pero ella antes de morir, mientras la abrazaba y la besaba y la acariciaba fijó sus ojos en los míos y ya luego los volvió a cerrar para nunca abrirlos. Quiero pensar que así se despidió de mi, quiero pensar que ese fue su último regalo para mi. Pero luego la cordura deja paso al enfado, la desesperación, la agonía por su ausencia, la rutina sin ella y me hundo en la inmensa tristeza al saber que ya no estará más conmigo, que no verá crecer a sus tres biznietos que ya no podremos hablar de nada y de todo por teléfono cuando había acostado a mis hijos.
Os vengo leyendo de vez en cuando y quiero pensar que esta pena tan grande se irá aliviando poquito a poco porque si no me voy a volver loca, verdad?
Muchas gracias por escucharme.
Penélope.