Hola
escribo en este foro porque me he levantado con muchas ganas de hablar. Suelo tenerlas mucho, pero a veces me apetecenmás de lo habitual.
Me he levantado pensando en mí misma (cosa que hago MUY a menudo) y he llegado a la triste conclusión de que no me gusto ni siquiera un poco.
Tengo un "trauma" por así decirlo desde que mi "mejor amiga" de toda la vida (literalmente además, casi desde que nací hasta que me gradué) se convirtió en todo menos en eso. Descubrí que estaba engañada con ella. Muchas cosas que hacía a mis espaldas, y la más grave era la de contar mis cosas a la gente. Yo soy una persona muy solitaria, no le caigo bien a la gente, y no sé el motivo sinceramente. Me considero divertida, aunque también muy callada y con un tipo de humor un poco grosero; disfruto más las bromas como meterme con alguien pero desde el cariño claramente, y eso me hace a veces repelente. No se me da bien relacionarme con la gente de mi edad (tengo 20) porque me siento un poco anticuada también. No bebo, no fumo, ODIO salir de fiesta. Para la gente como yo, un día perfecto empieza a las nueve de la mañana haciendo la cama, un buen desayuno, limpiar, estudiar también, hacerme de comer, una siesta, ir a tomar un café relajadamente con alguien y después una cena divertida. Me gusta mucho andar, así que si hay un paseo de por medio yo estoy más que encantada!
Total, para no salirme mucho del tema (suelo divagar constantemente jaja) ella era la única amiga que tenía, y sinceramente me sorprendía que alguien como yo pudiese tener amigos. Me suelo criticar mucho a mí misma, resalto mis defectos, y en estos instantes pienso que solo tengo defectos y ni una virtud que salte a la vista. Estaba en una burbuja cuando de repente llegó una chica e hizo PAK y explotó esa burbuja en la que vivía. Me había vendido. A mí, a su "mejor amiga". Me pregunto... ¿Alguna vez fui su amiga? Me tortura una sola cosa. Que ella sabía qué era exactamente lo que odiaba en la gente, Y LO HIZO. Perder mi confianza. ¿Me odiaba? Solo con deciros que quería tanto a esa chica que ni siquiera le eché en cara que sabía lo que me había hecho. ¿Sabéis por qué? Porque sabía que en el fondo, mi amistad para ella era tan insignificante que ni se molestaría en arreglarlo... y yo no me quería quedar sola. Pero aún con eso, me he quedado sola. Sin ella. Sin alguien a quien contarle mis inquietudes, sin alguien que me escuche y me anime cuando esté de bajón (suelo estarlo mucho) sin alguien que tenga fe en mí y me diga las cosas que siempre me decía ella que me hacían sentir que era la mejor... echo de menos eso, la echo de menos.
Pero nada podrá hacer que vuelva esa amistad, porque se ha roto. Como dijo Alfonsina Storni "Se quiebran los vasos y el vidrio que queda es polvo por siempre y por siempre será".