Puede que suene algo exagerado, pero las consecuencias de nuestros actos nunca se hacen esperar.
Les comento brevemente mi historia. Tengo 29 años y tenía un hijo de 8 años que falleció hace 2 años a causa de una enfermedad. Me encuentro divorciado de su madre hace más de 6 años.
Mi vida ha sido llena de errores y he desperdiciado grandes oportunidades que siempre me han ofrecido. Me consideraba una persona inteligente en mi adolescencia, pero la verdad es que emocionalmente siempre fui inmaduro y con algunos años menos de los que correspondían a mi edad biológica.
No niego que el duelo por mi hijo fue fuerte. Cuando él murió estaba aún en la universidad, apenas esta semana he entregado mi trabajo de titulación y los documentos para graduarme de abogado, lo cual espero se dé en el próximo mes.
He pasado temporadas muy difíciles con muchas ganas de morir y en el camino como que he perdido las ganas de vivir y de disfrutar de la vida.
Actualmente estoy tratando de encontrar la salida. Voy a un médico homeópata que me está ayudando y voy a empezar terapia con una psicóloga y he empezado a hacer ejercicio. Sin embargo en mi trabajo estoy muy mal, no me importa nada y realmente no realizo mi trabajo, solamente busco formas de evadirme de la jornada laboral y escapar. Tengo muy poco control y aprovecho eso y quizás por eso no me han echado. Llego tarde todos los días y no he producido absolutamente nada. Mi trabajo tiene que ver con el área jurídica y mi estado de ánimo puede afectar derechos de muchas personas, pero es que no puedo hacerlo.
Lo siento sé que es una tontería, pero por alguna razón no puedo salir de esto, a veces pienso que si me despidieran estaría más tranquilo. Sin embargo las cosas que me están ayudando homeópata, psicóloga, deporte- y mis gastos de casa hacen que necesite el dinero, que aunque no es mucho me sirve para tener una vida digna y darme mis gustos.
Puede parecer una tormenta en un vaso de agua, pero me está afectando profundamente y temo que pueda empezar a afectar otros aspectos de mi vida.
La verdad a mi edad ya es hora de empezar a disfrutar la vida y a ser responsable conmigo mismo, pero me es imposible, siento que es muy difícil, no quiero rendirme, no quiero caer.