Hago una breve introducción:
16 años de relación, dos hijos (3 y 8 años) y ella es quien ha decidido dejar la relación. Tenemos una casa con una hipoteca alta y seguimos en la misma vivienda. La casa es grande por lo que hay espacio suficiente como para tener cada uno su sitio y no tener que compartir mucho.
Los dos últimos años han sido duros, económicamente, por la hipoteca tan alta no nos ha permitido realizar nada que pudiera ayudar a desarrollar la relación. Emocionalmente, el hijo mayor es muy absorvente, movido y en un inicio llevó muy mal el nacimiento de su hermanita. Noches despertándose, pocas horas de sueño, muy, muy rebelde,... Bueno la cosa es que todo junto ha sido un coktel explosivo que ha llevado a la rutina y a matar la pareja. Reconozco que en ese tiempo yo he estuve crispado, muchas discusiones, cenas y cenas gritando (todos), con la libido por los suelos, desatendiendo la pareja, por no poder atender ni mi propia persona, y ella ha llevado un proceso de desenamoramiento. Quiere la separación porque cree que es lo mejor para los críos y sobre todo porque dice que ya no está enamorada.
Por mi parte, yo estoy con la duda de intentar recuperar la relación o rehacer mi vida. Ahora estamos curiosamente todos más calmados aunque llevamos la vida de dos personas separadas, unos días está uno con los crios y otros el otro. Mi pregunta es, ¿Pongo parte de mi energía en recuperar la relación? Enamorado creo que sigo estando, aunque la sensación de que esa persona me ha fallado me lleva a estar cada día más lejano a ella. Sigo apostando porque creo que los dos como pareja y los cuatro como familia nos merecemos una segunda oportunidad aunque ella no quiere ni hablar de ello y ya está hablando de vender la casa,...
Perdonar si me he extendido en el mensaje pero incluso es un resumen de lo que siento y me hubiera gustado poner. Gracias a quienes os molestéis en leerlo.