Cada cabeza funciona de forma diferente, en mi caso, por muchos años me funcionó el sentirme necesaria, necesaria para alguien o para algo, podría parecer absurdo, pero, funcionó en momentos en donde la situación era insostenible, años después necesité reinventarme, "reprogramarme" pero esa es otra historia.
Veamos, te mencioné que me funcionó el sentirme necesaria...necesaria para quién? necesaria para las personas que me aman. Que pasaría si yo muero? ellos sufrirían, yo lo sé, se resignarían, eso también lo sé, pero habría dolor, inevitablemente, entonces, cuido mi vida de la mejor forma posible, llegará ese momento tarde o temprano, pero no necesito apresurar ese evento... no se si me explico.
Sin irnos al extremo, no pensemos en la muerte, pensemos en la tristeza, la depresión... que pasa cuando las personas que me aman me ven metida en una situación de dolor, constantemente, se preocupan, aunque no lo digan, les duele verme sufrir, entonces no quiero que sufran, les aseguro que voy a estar bien, que es pasajero y hago todo lo que esté en mis manos para que realmente sea pasajero, pues no quiero que mi mamá a sus años se preocupe constantemente por mí, la quiero y es mi forma de demostrarle mi amor, lo mismo pasa con mi papá y demás personas a quienes amo.
En mi familia como en todas las familias hay uno que otro miembro con quién no tengo tanta afinidad que digamos, pero trato de llevar la fiesta en paz, pues además de ser mi pariente, él al igual que yo en esa familia es "necesario" para la tranquilidad de personas a quienes si respeto y valoro.
Por muchos años fui "necesaria" para mi trabajo, me esforcé al máximo por hacer las cosas de mejor forma cada día y cada día disfrutaba con los pequeños avances, pequeños logros que para mi eran muy importantes, no era el trabajo en el área del arte que me hubiese gustado, tampoco era en una empresa grande, pero era mi trabajo y me dio la oportunidad de conocer muchas cosas y lo más importante, colaborar económicamente en mi casa, pues yo me consideraba " necesaria" para mis papás, años después me doy cuenta que no estaba tan equivocada, mi aporte para ellos si ha sido necesario, estando ellos tranquilos, yo estoy tranquila, eso es buen negocio.
Y así te puedo decir muchos momentos en los que me sentí necesaria, posiblemente en la mayoría de casos solo fue mi mente que quiso creerlo para sobrevivir a situaciones de dolor, por las que pasamos la mayoría de seres humanos, pero me mantuvieron a flote. En algún momento fue una planta la necesitó de mí, en otro momento un gatito recién nacido, en otro momento una vecina que quería que le explicara una tarea, etc, etc.
Con los años aprendí que la felicidad está construida de pequeños momentos, aparentemente simples, pero muy importantes, la sonrisa de mi mamá por ejemplo, la tranquilidad de ella al verme regresar a casa, eso me da felicidad, el hecho de que mi papá esté platicador conmigo, eso también lo celebro, pues eso significa que él ese día se siente muy bien, un abrazo o simplemente saber que las personas que quiero están bien, eso también me da tranquilidad, leer un buen libro, ver la luna en una noche despejada, un momento sin preocupaciones, rozar la mano de la persona que te gusta, matarte de la risa con un chiste tonto, etc...etc...etc...
Para algunas personas puede parecer que vivo en una nube color rosa, donde todo es optimismo, yo prefiero pensar que tengo los pies bien puestos sobre la tierra, sé que la vida es una sola, que es relativamente corta y que por tanto no nos queda más que adaptarnos de buena manera a una realidad que si bien no es la soñada, es la que tenemos y no nos podemos dar el lujo de desperdiciar, podemos construir una "bonita realidad" con lo poco o mucho que poseamos.
Te preguntarás porque te he hecho un cuento tan largo, para un simple consejo (hay veces que platico más de lo necesario) disfruta y valora lo poco o mucho que tengas, mañana podrías tener menos, si no aprendes éste principio de nada te serviría la fama y fortuna que anhelas, seguirías estando vacía por dentro. Suerte.