Para empezar es mi segundo matrimonio. Es decir se vuelven a cometer los mismos errores. Cuando le conocí yo estaba divorciada, él me comentó que separado. Tiempo después, descubrí que estaba casado y viviendo con su mujer, aunque según él hacían vidas separadas pero de cara a la familia permanecían como una familia unida. Le puse un úlitmatum y, más gracias a su ex que a él, se divorció. Se vino a vivir conmigo, pero no quiso que yo conociera a sus hijos y familia. Con el tiempo, varios meses después conseguí tal honor, que había que prepararlos poco a poco, que sus padres e hijos no aceptaban su divorcio, que qué iba a pensar su ex, pero siempre él manteniendome al margen de su familia. La relación a nivel personal siempre ha sido muy buena. El año pasado decidimos casarnos por un tema puramente práctico, yo no estaba muy convencida. De nuevo hubo problemas en como comentarlo a su familia, porque según él había que prepararlos y no fueran a ofenderse. Al final nos casamos, celebrandolo en contra de mi voluntad. Según él había que hacer las cosas bien, es decir, tal y como querían ellos. Cedí, muy a pesar mio, quería algo totlamente en privado y no una cena en plan fiesta, pero fue un desastre. Esto no solucionó nada, la boda no fue como deseaba su familia, y de nuevo me he convertido en la mala del invento. El sigue con su forma de ser, no quiere que tenga relación con sus hijos y sus padres y hermanos ni llama a casa, eso si, cuando hay un cumpleaños o demás me dice que debo ir por no quedar mal con ellos. Me siento fatal. Hace poco encontré una foto de los cuatro en su chaqueta, su ex, sus hijos y él. Le pedí explicaciones pero como siempre, no tenía importancia, no recordaba tener la foto y qué más daba si estaba ahí. De nuevo sus hijos le invitaron a su cumpleaños con el expreso deseo de que yo no fuera. El, por supuesto, acepto y además disculpándolos. Tienen 25 y 27 años, los nenes.
Le he dado un ultimátum o soy su mujer o se larga. El me comenta que da lo mismo lo que haga, que no le voy a creer diga lo que diga. A mi no me importa lo que diga, sino la forma en que me mantiene al margen de todo. Llevamos viviendo juntos tres años y a esta casa no llama nadie, ni sus familiares ni sus amigos ni se si los tiene. Me siento totalmente marginada y es como si fuera una verguenza vivir comigo. Me dice que tengo razón en todo, pero que no va a cambiar, que lo primero es lo primero.
¿Merece la pena una relación así? ¿Hay que ceder siempre? Repito la relación día a dia es cordial, pero no creo que sea correcto en una pareja este trato.
Si alguna pasa por una situación similar darme ideas. Gracias.