Hola chicas,
¿os acordáis que hace unos días os conté que mi suegra le hablaba mal de mí a mi hijo de 3 años y que éste repetía todo como un lorito?
Bueno, pues hoy se lo he dicho a mi marido. Que el niño me había dicho esto y lo otro.
Y él como siempre, lo niega todo, dice que los niños inventan, que no, que son paranoias mías, que conoce a su madre (aquí me da la risa-porque si la conoce...), que su madre a el nunca le ha hablado mal de mí, y que no y que no. La discusión no avanza, niega, no quiere oír y quiere dar por zanjado el tema cuanto antes. No sé si es que no se da cuenta de nada o que su orgullo le impide reconocer algunas cosas.
Prefiere llamarme loca antes que reconocer cualquier cosa negativa de su mamá.
Y entonces me cabreo, y me da una rabia tremenda. Pienso que tiene razón Sarahkerrigan, que en el fondo el problema es un problema de pareja. Por mucho que se pase mi suegra, mi marido jamás lo va a reconocer. Y en fondo esto es lo que me duele. Porque no tener el afecto de mi familia política me da exactamente igual, es más, no lo quiero para nada, pero no sentir jamás el más mínimo apoyo de mi marido cuando su mamá hace alguna de las suyas, esto sí que me duele más...
Bueno, a ver que me decís. Supongo que lo inteligente es no intentar apoyarse en el cuando se trata de su mamá...
¿Sabéis qué? Que me dan ganas de grabarle a la buena señora para que su hijo tenga que escucharlo y no lo pueda negar, pero no voy a entrar en esa dinámica, porque entonces sí, efectivamente puedo acabar volviéndome loca.