Hola sabrina.
No debes torturarte, porque todas y cada una de las que te leémos sabémos por lo que estás pasando.
Y siempre, nos parece nuestro dolor es el mayor del mundo, pero créeme, que por desgracia, existen mujeres con peor situación que tú, aunque eso no te libre del dolor, ni mucho menos.
Por fortuna, ( para ambas ) como dice tormenta, tienes otro bebé, que no suplirá al que se ha ido, ni llenará su hueco, ni borrará el dolor, pero que te hará ver, en cuanto empiezes a recuperar un poco el ánimo, que tus dias no son tan negros como los nuestros, sino un poco grises.
Que sin ser obligatoriamente así, tu sonreirás sinceramente antes que nosotras, porque ella te arrancará esa sonrisa, el dia que menos te lo esperes.
Que cada mañana que amanezca, tu dia resplandecerá antes que para nosotras, porque tienes al sol en tu casa, durmiendo en una cuna.
Es cierto que núnca lo olvidarás, y con su gemela al lado menos, pero si bien al principio, una se enooja con Dios, y se te vienen abajo todas tus convicciones, acabarás dándole gracias por haberte dejado uno de tus ángeles en la tierra.
No busques culpables, no siempre los hay. Con la naturaleza no se pueden hacer planes. Ella lleva la voz cantante, y decide siempre.
Llorarás ( porque te hará bien ), maldecirás esta vida ( porque será el impulso de la frustración ), aprenderás a ponerte la máscara de la sonrisa ( para agradecer al que pregunta cómo estás, sin arrancarte a chillarle que: echa una mierda !), pero tras el dolor de la herida del mordisco de la muerte, tienes el bálsamo de la respiración de tu niña.
Nosotras nos animámos diciendo que en el próximo verémos y tendrémos algo de su hermano/a.
Tú, más que nadie, ya lo tienes.
Se fuerte, lucha, y que dios bendiga esa niña que te ha dejado.
Y a ti, que te ilumine los ojos con el latir diario del corazón de tu niña.
Besos.
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