Esta educación machista nos juega malas pasadas a todos.
A mi me fue bien el cambiar mi sistema de valores, jugando con la promiscuidad, juegos de pareja con un tercero (mejor tercera en este caso)... Ahora eso sí, reconozco que todo esto no lo hice con mi ex, sino con la pareja posterior: ¡es un alivio liberarse de los celos machistas! ¡Qué bien se está con una pareja complice en todo, sin secretos, sin celos...!, ¡entender el sexo como un juego!